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“Un contexto de restricciones como el del año pasado sería letal para el comercio. En 2020 muchos debieron bajar las persianas y los que pudieron mantenerse no tienen resto para sobrevivir si deben volver a cerrar”.
Ante la llegada de la segunda ola de COVID-19 la advertencia la lanzó, esta semana, un referente de los centros comerciales de la Ciudad, y va en sintonía con la preocupación que, en conjunto, salieron a plantear la Cámara Argentina de Comercio (CAC) y la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came). Ambas entidades llamaron a “reforzar los cuidados sanitarios individuales”, al advertir que “un deterioro del escenario epidemiológico podría derivar en cierres de actividades”.
“Exhortamos a empresarios, trabajadores y a la sociedad en general a obrar con responsabilidad, maximizando los cuidados sanitarios individuales, no sólo en beneficio propio y de su círculo cercano, sino también en pos de proteger la salud y la economía del conjunto de los argentinos”, indicaron.
Las entidades sostuvieron que “un deterioro del escenario epidemiológico podría derivar en cierres de actividades con serios efectos sobre la economía nacional”.
Por este motivo, convocaron “a la ciudadanía en su conjunto a redoblar los cuidados individuales en materia sanitaria, a fin de prevenir los contagios de COVID-19”.
Las cámaras afirmaron que “somos conscientes de que un agravamiento del escenario epidemiológico, amén de irreparables pérdidas de vidas humanas, tendría enormes perjuicios en materia económica”.
Recordaron que “las prolongadas restricciones que rigieron durante buena parte de 2020, instauradas con el objetivo de contener la propagación de la nueva enfermedad, generaron un sensible deterioro de un escenario macroeconómico que ya arrastraba múltiples dificultades”.
“Todo esto derivó en una aguda caída del consumo, cierre de numerosas empresas e importantes pérdidas de puestos de trabajo”, agregaron. En La Plata, por caso, se tradujo en el cierre de miles de comercios.
Y detallaron que “si bien en los últimos meses se observaron señales de recuperación de las ventas en algunas ramas de la actividad -lo que constituye una señal alentadora-, la situación de muchas firmas aún es comprometida”.
“Asimismo, debe advertirse que el progreso señalado aún es tenue, de modo que, si la evolución local de la pandemia llevara a la instauración de nuevas limitaciones, esta incipiente reactivación correría serio riesgo”, concluyó.
En La Plata rubros como indumentaria, calzado y marroquinería nunca recuperaron los niveles prepandemia. Y hay locales que están vendiendo entre 30 y 50 por ciento menos que antes de la llegada del COVID-19, según confirmara esta semana Valentín Gilitchensky, titular de los centros Comerciales de la Federación Empresaria de La Plata.
También la Cámara de Comercio local esta semana difundió un informe, en el que se consultaba al empresario Juan Colli y en el que se resaltaba, entre otras cuestiones, que “la pandemia y la cuarentena fueron un golpe letal para el comercio local que ya venía castigado. Cualquier local que hace 1 año y medio tenía funcionamiento hoy tiene un cartel muy triste que dice Se Alquila, es una constante”.
El mismo informe daba cuenta de que por “la baja circulación de gente por el home office o por decisión de quedarse preventivamente en sus casas han determinado que arterias comerciales muy importantes como 9, 8 10, 11, de 44 a 54 hayan quedado como un cementerio de locales cerrados”. Y que “salvo algunos rubros esenciales, el panorama es crítico y no habrá composición inmediata”.