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Este jueves, se concretó el desmantelamiento del inmueble, ubicado en Plaza Fiesta Bomer, a un costado de una conocida institución bancaria y una tienda departamental.
De acuerdo al coordinador de auditoría, que omitió su nombre, indicó que el cierre se contempló desde hace varias semanas y descartó que sea por el efecto ocasionado por la pandemia del coronavirus.
Aseguró que la suspensión de actividades consideradas no esenciales, no tuvo nada que ver con el cierre definitivo de la sucursal, tras asegurar que fue una decisión de los directivos.
Sin precisar la cantidad de personal, se estima que se trata de decenas de trabajadores y trabajadoras entre personal de ventas, cajas, administrativo y de mantenimiento, que fueron liquidados.
Mencionó que la sucursal ubicada en la calle Allende, se mantiene sin cambios, además de descartar la posibilidad de un posible cierre.