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La Comisión y el Parlamento Europeo han hecho un reconocimiento al papel que las mujeres han tenido y siguen teniendo en la gestión de la pandemia COVID 19. Este reconocimiento, es legítimo dado que representan un 86% de los trabajadores dedicados a labores de asistencia médica (1) lo que sin duda las coloca en la primera línea de lucha contra el COVID 19.
Si bien este triste acontecimiento ha servido para reconocer, una vez más, en Europa el valor activo de la mujer, así como su integración en el tejido social y laboral de los distintos países del ámbito europeo, también nos pone de manifiesto otra cara de la moneda, cuyo impacto- si bien empezamos ya a vislumbrar-se nos ira relevando con mayor crudeza en el transcurso de los próximos años: Que las mujeres y las niñas se verán afectadas de manera desproporcionada por los efectos de esta pandemia.
Si bien se han hecho mas que importantes avances en materia de igualdad de género, todavía existen flagrantes desigualdades en muchos países, incluido los del ámbito europeo, que solo una catástrofe socioeconómica y sanitaria, como la que trae consigo esta pandemia, pueden empeorar.
Solo tenemos que ver las estadísticas en Europa, para entender que también aquí, entre nosotros, ese frágil equilibrio conseguido hasta ahora y que rápidamente damos por hecho, puede desmoronarse. De acuerdo con los datos de la Comisión Europea, un 84% de las mujeres entre 15- 64 años (2) en Europa trabajan en el sector servicios, incluidos aquellos sectores vulnerables por la pandemia como la asistencia domiciliaria, retail, hospitality y turismo. A esto debe sumarse otros efectos negativos que por el efecto de la pandemia se han visto incrementados, como el alto porcentaje de mujeres que trabajan en la economía sumergida, la desigualdad salarial por razones de género, la carga de las responsabilidades familiares y, tristemente, en algunos casos, la violencia doméstica que se ha visto incrementada como consecuencia directa de los confinamientos impuestos.
Si la situación de la mujer en Europa se degrada, y existen razones para entender que así puede ser en los próximos años, no hay duda de que este fenómeno afectará directamente al contexto socioeconómico y cultural en el que tendrán que desarrollarse las niñas que serán las mujeres adultas y activas que formarán parte de las próximas generaciones europeas. Existe un riesgo real de crear futuras ciudadanas más vulnerables.
Como sociedad no nos queda más que reaccionar. Los poderes públicos estableciendo las políticas necesarias a este respecto, pero también cada uno de nosotros, como ciudadanos, en nuestros entornos más cercanos, tanto familiares como sociales. Tenemos una Responsabilidad Social Tribal que debe intensificar sus esfuerzos para crear espacios que permitan a las niñas, a pesar de sus circunstancias personales y socioeconómicas, desarrollar habilidades que les permita empoderarse: Esto es: auto estima, independencia, capacidad de superación, libertad de desarrollarse en una sociedad paritaria y responsabilidad en sus decisiones.
Casi nada.
(1) y (2) Understanding the impact of Covid-19 on women (infographics) | News | European Parliament (europa.eu)