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Cuando vas a una tienda, ya sea departamental, de conveniencia, especializada (de deportes, nutricional, ferretera) o a la tiendita de la esquina, estás alimentando a un ‘dragón’ que pasa desapercibido ante los consumidores.
El aparato de distribución que hay detrás de nuestra compra es probablemente el más sofisticado del país, y el más competitivo de las naciones latinoamericanas.
En México existen más de 65,000 tiendas de autoservicio y las tiendas de conveniencia superan las 23,000, a las que se suman 24,000 farmacias y más de 250,000 de las llamadas tienditas de la esquina. Todo esto, sin contar las tiendas especializadas y/o las plataformas de ventas, que al día de hoy cobran más popularidad ante la variedad y costos que ofrecen las entregas en la puerta de nuestra casa.
El comercio detallista o retail (como se le llama regularmente) representa el 10.1% del PIB nacional; en lo individual, las ventas de Walmart de México y Centroamérica equivalen a las economías combinadas de los estados de Baja California y Sinaloa.
Cada año se presentan un promedio de 30,000 propuestas de nuevos productos al piso de venta. De ellos se escoge sólo el 10%, y aunque estos 3,000 nuevos productos llegan a colocarse en el anaquel, habrá también otros 3,000 que salgan por la puerta de la bodega debido a su falta de rentabilidad.
México es una potencia en el comercio detallista y lo será por los próximos 25 años, debido a la pirámide poblacional que tenemos actualmente. El bono demográfico será aprovechado por este gran monstruo que cada hora visitan millones de consumidores.
En el 2024, el panorama del retail será muy diferente al que conocemos hoy en día. Las perspectivas indican que la tecnología seguirá siendo un factor clave en la forma en que las empresas minoristas interactúan con los consumidores. Además, la personalización y la experiencia del cliente continuarán siendo elementos fundamentales en el éxito de las diferentes cadenas detallistas.
En el futuro veremos un aumento en la adopción de tecnologías, como la Inteligencia Artificial (IA) y la realidad aumentada, que permitirán a los consumidores tener experiencias de compra más interactivas y personalizadas.
Las empresas también utilizarán tecnologías de automatización para mejorar la eficiencia y reducir sus costos.
Además, la sostenibilidad y la responsabilidad social empresarial se convertirán en aspectos cada vez más importantes para
los consumidores, lo que llevará a las empresas minoristas a adoptar prácticas más ecológicas y socialmente responsables.
En resumen, el futuro del retail mexicano será impulsado por la tecnología, la personalización y la sostenibilidad.
Aquellas empresas que se adapten a estos cambios tendrán mayores posibilidades de éxito y prosperidad en los años venideros.
Ahora que ya conoces el futuro de lo que viene en el piso de venta y el panorama del retail, ¿por qué no venderle a este sector comercial? ¡Anímate!