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Unos días atrás, un vecino de la localidad de San Lorenzo, en el sur de la provincia de Santa Fe, se comunicó con el área sanitaria municipal para advertir sobre un matrimonio de ciudadanos chinos con antecedente de un reciente viaje a su país de origen y que, pese a ello, continuaba trabajando en su supermercado con normalidad, sin cumplir la cuarentena obligatoria por coronavirus.
En consecuencia, personal de Higiene y Seguridad Alimentaria se dirigió hacia el local comercial, llamado “Rojo” y ubicado en calle Avenida San Martín al 3000. Allí se comprobó la denuncia: la mujer dueña del comercio había estado varios meses en China. Había viajado en diciembre para pasar las Fiestas y había retornado a la Argentina la semana pasada. Según se constató, arribó al aeropuerto de Ezeiza el jueves 5 de marzo.
De acuerdo a lo comunicado por la Municipalidad de la ciudad localizada a 23 kilómetros de Rosario, la ciudadana asiática ya se encontraba en aislamiento, si bien no presentó síntomas. No obstante, su marido seguía atendiendo el supermercado.
A raíz de esta situación, la Secretaría de Salud municipal intervino y como medida de prevención ante la circulación del COVID-19 dispuso que el hombre también guardara cuarentena. A pesar de no haber viajado, pero dada la relación de proximidad, se determinó que cumpla la etapa de aislamiento de 14 días.
La resolución fue distinta para el otro empleado que trabaja en el supermercado, un joven de nacionalidad argentina quien aseguró no tener contacto con sus empleadores desde el regreso de la mujer. «Manifestó no haber ido a trabajar en los últimos días”, precisó a Infobae el intendente de San Lorenzo, Leonardo Raimundo.
Raimundo cree que los ciudadanos chinos ignoraron la medida obligatoria por falta de información. Ahora ambos “serán controlados periódicamente”, se indicó. El área de Salud realizará un seguimiento de control para comprobar la evolución, más allá de que ninguno haya manifestado síntomas relacionados a la enfermedad que se propaga por el mundo.
Mientras tanto no podrán continuar con su actividad laboral. El comercio deberá estar cerrado por las próximas dos semanas, a menos que consigan reemplazantes para sus tareas, personas con quienes no hayan estado en contacto. Una vez resuelta esa situación, quedarán habilitados para reabrir el local.
En el marco de la emergencia sanitaria decretada por el Gobierno nacional, en San Lorenzo se suspendieron actos masivos organizados por el municipio, eventos multitudinarios y reuniones con la participación de más de treinta personas. «Estamos aplicando a rajatabla todos los protocolos de seguridad”, expresó Raimundo.
En la ciudad de Zárate, una pareja de ciudadanos chinos terminó acusada por la Justicia por no cumplir con las nuevas medidas sanitarias fijadas para evitar el contagio de coronavirus. Es que el hombre regresó recientemente de un viaje a su país. Volvió desde China a la Argentina hace tres días, el 10 de marzo. Y sin pensar siquiera en la cuarentena abrió su negocio y envió a su hija de 12 años al colegio.
Fue la directora del establecimiento educativo quien dio aviso de lo sucedido a las autoridades municipales de Zárate. Una médica que responde a la secretaria de Salud se comunicó con ellos, certificó que la familia no quería aislarse. A pesar de que se lo indicaron, ambos volvieron a sus actividades laborales en el día de ayer. Así terminaron acusados: los llamaron a indagatoria (para el día 27, una vez cumplida la cuarentena) y fueron embargados.
La decisión la tomó el juez federal Andrés González Charvay, quien resolvió decomisar sus bienes y dar a publicidad la resolución para concientizar a la sociedad.
Tanto al hombre como a la mujer y la hija de la pareja se les realizaron los estudios de hisopado nasal orofaríngeo y se remitieron las muestras al Hospital Malbrán. Se esperan los resultados para los próximos días. Mientras tanto, la Municipalidad buscaba saber quiénes pudieron haber pasado por el negocio o con quiénes más pudieron haber tenido contacto los viajeros.
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Unos días atrás, un vecino de la localidad de San Lorenzo, en el sur de la provincia de Santa Fe, se comunicó con el área sanitaria municipal para advertir sobre un matrimonio de ciudadanos chinos con antecedente de un reciente viaje a su país de origen y que, pese a ello, continuaba trabajando en su supermercado con normalidad, sin cumplir la cuarentena obligatoria por coronavirus.
En consecuencia, personal de Higiene y Seguridad Alimentaria se dirigió hacia el local comercial, llamado “Rojo” y ubicado en calle Avenida San Martín al 3000. Allí se comprobó la denuncia: la mujer dueña del comercio había estado varios meses en China. Había viajado en diciembre para pasar las Fiestas y había retornado a la Argentina la semana pasada. Según se constató, arribó al aeropuerto de Ezeiza el jueves 5 de marzo.
De acuerdo a lo comunicado por la Municipalidad de la ciudad localizada a 23 kilómetros de Rosario, la ciudadana asiática ya se encontraba en aislamiento, si bien no presentó síntomas. No obstante, su marido seguía atendiendo el supermercado.
A raíz de esta situación, la Secretaría de Salud municipal intervino y como medida de prevención ante la circulación del COVID-19 dispuso que el hombre también guardara cuarentena. A pesar de no haber viajado, pero dada la relación de proximidad, se determinó que cumpla la etapa de aislamiento de 14 días.
La resolución fue distinta para el otro empleado que trabaja en el supermercado, un joven de nacionalidad argentina quien aseguró no tener contacto con sus empleadores desde el regreso de la mujer. «Manifestó no haber ido a trabajar en los últimos días”, precisó a Infobae el intendente de San Lorenzo, Leonardo Raimundo.
Raimundo cree que los ciudadanos chinos ignoraron la medida obligatoria por falta de información. Ahora ambos “serán controlados periódicamente”, se indicó. El área de Salud realizará un seguimiento de control para comprobar la evolución, más allá de que ninguno haya manifestado síntomas relacionados a la enfermedad que se propaga por el mundo.
Mientras tanto no podrán continuar con su actividad laboral. El comercio deberá estar cerrado por las próximas dos semanas, a menos que consigan reemplazantes para sus tareas, personas con quienes no hayan estado en contacto. Una vez resuelta esa situación, quedarán habilitados para reabrir el local.
En el marco de la emergencia sanitaria decretada por el Gobierno nacional, en San Lorenzo se suspendieron actos masivos organizados por el municipio, eventos multitudinarios y reuniones con la participación de más de treinta personas. «Estamos aplicando a rajatabla todos los protocolos de seguridad”, expresó Raimundo.
En la ciudad de Zárate, una pareja de ciudadanos chinos terminó acusada por la Justicia por no cumplir con las nuevas medidas sanitarias fijadas para evitar el contagio de coronavirus. Es que el hombre regresó recientemente de un viaje a su país. Volvió desde China a la Argentina hace tres días, el 10 de marzo. Y sin pensar siquiera en la cuarentena abrió su negocio y envió a su hija de 12 años al colegio.
Fue la directora del establecimiento educativo quien dio aviso de lo sucedido a las autoridades municipales de Zárate. Una médica que responde a la secretaria de Salud se comunicó con ellos, certificó que la familia no quería aislarse. A pesar de que se lo indicaron, ambos volvieron a sus actividades laborales en el día de ayer. Así terminaron acusados: los llamaron a indagatoria (para el día 27, una vez cumplida la cuarentena) y fueron embargados.
La decisión la tomó el juez federal Andrés González Charvay, quien resolvió decomisar sus bienes y dar a publicidad la resolución para concientizar a la sociedad.
Tanto al hombre como a la mujer y la hija de la pareja se les realizaron los estudios de hisopado nasal orofaríngeo y se remitieron las muestras al Hospital Malbrán. Se esperan los resultados para los próximos días. Mientras tanto, la Municipalidad buscaba saber quiénes pudieron haber pasado por el negocio o con quiénes más pudieron haber tenido contacto los viajeros.