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Sony lanzó su parlante RA5000 con el que, promete cambiar tu forma de experimentar la música en casa, con su sonido ambiente que inunda cualquier sala.
El futuro será de alta calidad, qué duda cabe. No se trata de una frase frívola y optimista, que busque tirar para arriba al espíritu en medio de la pandemia, sino que el porvenir luce así porque las empresas desarrolladoras de tecnología hace años avanzan con la brújula puesta hacia un territorio que aún parece no haber sido conquistado.
El concepto HD, por ejemplo, viene hace una década dando vueltas. Así tenemos televisores HD —y ahora full o ultra HD— o celulares con cámaras HD. Incluso nuestro vocabulario se ha impregnado de conceptos, asociaciones de ideas y lugares comunes relacionados a la alta definición. Cuántas veces dijiste o escuchaste decir que la cordillera se veía “en HD” después de una lluvia.
Pero mientras la tecnología audiovisual avanza a pasos agigantados en esa dirección, ¿qué ocurre con el mundo audio? El que no exista una demanda generalizada de sonido de alta calidad demuestra que este mercado y su cultura van varios pasos más atrás. Hasta ahora, esa búsqueda se remite a nichos de consumidores sofisticados, maniáticos del sonido perfecto, que deben desembolsar al menos un millón de pesos en equipos HiFi —de alta fidelidad, el HD de la música—, para comenzar a satisfacer en algo su obsesión, ya que ese es un camino que se inicia pero puede que nunca termine: siempre habrá algún detalle a mejorar, ya sea el equipo, los parlantes, una interfaz, hasta un miserable cable que puede hacer la diferencia.
Quizá haciéndose cargo de esa deuda, el gigante Sony lanzó su parlante RA5000 con el que, promete “cambiar tu forma de experimentar la música en casa, con su sonido ambiente que inunda cualquier sala”. Vamos a ver.
- Número de altavoces: Siete: tres orientados hacia arriba, tres parlantes de medios y un subwoofer.
- Funciones de audio: 360º Reality Audio / Calibración automática / EQ Personalizada / Presintonía de EQ/ Immersive Audio Enhancement
- Dimensiones: 235 x 329 x 225 mm.
- Peso: 4,9 kg.
- Conectividad: Bluetooth, Wi-Fi y entrada de audio 3,5 mm.
- Consumo de energía: 55 W
El RA5000 es lo último de Sony en parlantes, es su tope de línea en la materia y las características que posee dan cierta idea de por qué. Se trata de un parlante grande, de la altura de una juguera pero el volumen de un jarrón chino. Su peso bordea los cinco kilos, principalmente porque en su interior operan siete bocinas en diferentes direcciones: tres arriba, encargadas de propagar el sonido de modo vertical; tres laterales, que lo difunde de manera horizontal; y un subwoofer, que se encuentra en la base del dispositivo, responsable de las frecuencias graves.
Con esto, Sony busca ofrecer un sonido omnidireccional, que llene el espacio. Para ello también cuenta con un sistema 360º Reality Audio —uno de los chiches exclusivos de la compañía—, con el que pretende proporcionar una experiencia envolvente y “real”, aunque esto dependerá, eso sí, del servicio de música que utilices, pues no todos cuentan con funciones compatibles. Sí la poseen Tidal, Deezer y Nugs_net.
Si tienes Spotify no podrás utilizar el 360º Reality Audio, pero, en cambio, el RA5000 cuenta con la función Immersive Audio Enhancement, que se encarga de renderizar los audios que no son de alta calidad para mejorarlos en su reproducción. No es la única magia que hace el dispositivo: también uniformiza el volumen de escucha, lo que es bastante cómodo considerando que muchas canciones difieren en su potencia. En esos casos, el parlante las ajusta para mantener los niveles entre pista y pista y permitir una escucha más fluida y natural.
Asimismo, el parlante tiene la opción de calibrar el sonido dependiendo del lugar en el que éste se ubique. Las características espaciales de un living condicionan de forma distinta las ondas sonoras respecto a lo que ocurre en una pieza chica, por ejemplo, afectando la resonancia y la percepción de los bajos, entre otros. Por medio de un micrófono interno y un algoritmo exclusivo de Sony, el RA5000 puede ajustarse —manual y automáticamente— al espacio en el que se encuentra. La función es muy simple de ejecutar: solo basta con mantener apretado un botón un par de segundos.
La usabilidad también es sencilla. A través de Bluetooth, se puede controlar desde un smartphone o una tablet, como si fueran controles remotos, y también cuenta con Wifi para conectarse al servicio de música por streaming que se utilice. Además, posee la función de comando por voz a través de Alexa o el Asistente de Google. Para todo ello, eso sí, es necesario descargar la aplicación de Sony Music Center, la que será una especie de nave nodriza de toda la experiencia disponible en el RA5000. Allí, por ejemplo, podrás ecualizar el equipo, ya sea de forma manual o eligiendo una de las predeterminadas, las que pueden ser “bass”, “excited”, “vocal”, o “bright”.
El modelo RA5000 es un parlante de tamaño medio, posee una estética moderna, como un triángulo tridimensional en posición vertical y de vértices redondeados. Se siente relativamente pesado, por lo que no es muy recomendable para el uso portátil ni para llevar de una casa a otra.
Lo primero que llama la atención es un aspecto práctico: uno de los atributos más importantes del parlante es su función de audio en 360º, lo que quiere decir que para sacarle mayor provecho y disfrutar de su capacidad inmersiva, se debe instalar al medio de la sala. Sin embargo, el dispositivo no es inalámbrico, funciona solo conectado a la corriente y, a menos que tengas un enchufe en medio de la habitación, necesitarás un alargador para poder enchufarlo. Un detalle no muy amigable con la estética ni el aspecto funcional del hogar: suele no ser una buena idea un cable cruzado, menos aún cuando se tienen niñas o niños chicos y/o mascotas.
Al encenderlo, el parlante inmediatamente busca otros dispositivos por Bluetooth, por lo que el emparejamiento se hace rápido. Asimismo, la primera vez que se prende realiza automáticamente la calibración de su audio, en un proceso que no dura más de 30 segundos y en el que emite un sonido como de lasers saliendo de esta nave espacial, hasta que una voz femenina anuncia que ha terminado. Se recomienda que cada vez que el parlante se mueva de lugar se haga una nueva calibración del equipo.
¿Tiene realmente incidencia esta calibración en el desempeño del parlante? Sí, la tiene. Quizás no de manera tan perceptible, pero eso quizá tenga que ver con otros aspectos que ya revisaremos.
El desempeño del RA5000 depende del servicio de streaming musical que se posea. Tidal es el más recomendado por Sony, ya que la plataforma posee, al igual que el parlante, la función del 360º Reality Audio. Sin duda, esto representa una barrera de entrada, pues limita la libertad de elección de cada usuario, considerando las diferencias de precio que existen entre cada servicio, sin considerar, además, que muchos consumidores de streaming musical valoran la posibilidad de actuar como comunidad, compartiendo música a otras y otros. Algo que es menos posible cuando las aplicaciones que necesita el parlante en cuestión para desempeñarse al máximo no son las más populares en Chile.
Si bien Sony responde a lo anterior con la función Immersive Audio Enhancement, con la que mejora la calidad de audio que emiten las plataformas que no cuentan con HiFi, la diferencia entre ésta opción y la de 360º Reality Audio existe y, por ende, hay una brecha que afecta la experiencia alcanzable entre los usuario que posean una u otra aplicación.
Hice diferentes pruebas utilizando Spotify y Tidal —algo no tan fluido de hacer, ya que las apps parecen anularse una a otra, ralentizando el cambio y la respuesta desde el parlante—, escuchando música de diversos géneros, como jazz, pop, trip-hop y rock, así como algunas grabadas de manera lofi —como Dead Moon, de mayor distribución en formato cassette—, otras con altísimos estándares pop —como Tears for Fears, que fueron pensadas especialmente para escuchar en CD— y otras pulcras pero menos procesadas, como Portishead, cuya calidez tiene buena relación con el formato vinilo.
En esa experiencia pude notar las grandes diferencias entre el 360º Reality Audio y el Immersive Audio Enhancement. Este último deja mucho que desear respecto a la promesa inicial de mejorar la calidad de audio de la fuente original. Su realce artificial, en especial de los graves, da la sensación de estar sumergido, pero no en capas sonoras, sino en una botella, o de estar escuchando música con las dos manos tapando los oídos. En ese sentido, si no se está dispuesto a utilizar Tidal, Deezer o Nugs_net, como recomienda Sony, es mejor pasar de largo con el RA5000.
La diferencia entre el Immersive Audio Enhancement con el 360º Reality Audio activado es gigantesca, en especial al utilizar esta última función desde Tidal. El sonido es definitivamente más claro. Hay que considerar que Sony busca una experiencia de alta fidelidad, por lo que a diferencia de otros parlantes no cae en el lugar común de potenciar los graves para que los bajos hagan temblar las paredes de la casa. Pero esta misma consideración también la condena, pues su intento de conseguir un experiencia HiFi queda más bien en eso: un intento.
Por más potencia que tenga el parlante, y que las siete unidades controladoras suenen a nivel parejo omnidireccionalmente, el RA5000 no consigue esa experiencia envolvente que promete. Tampoco la calidad de sonido resulta la más placentera: hay cierta resonancia a nivel de agudos que ensucia la información. Algo que bien podría mejorar con una buena ecualización, lo que de por sí requiere de algún grado de expertise en la materia. ¿Y las eq predeterminadas? Pueden ayudar a quien no tenga suficientes conocimientos de ecualización manual, pero no logran levantar el audio al nivel de la promesa inicial.
Quizá esto tenga que ver con una limitación de base: estamos hablando de una sola fuente que emite el audio. Por más que contenga siete bocinas, sigue siendo un solo parlante, ubicado en una posición fija del espacio. La propagación del audio debe ser particularmente buena y eficaz para engañar a la mente del oyente y llevarle a olvidar el lugar específico en el que se encuentra el dispositivo. De otra manera, ocurre lo que tenemos hasta ahora: la mente siempre está consciente de la posición del parlante, el sonido sigue siendo más potente en su salida que en su propagación. Por lo tanto, el nivel de atención puede llegar a saturar y cansar al oído. Todo lo contrario a lo que se espera de una escucha placentera.
Si el camino que las empresas tecnológicas tomarán para llevar al audio de alta calidad al consumo masivo será el de simplificar los equipos en cuanto a hardware —con el fin de reducir al mínimo el espacio a utilizar, algo en lo que quizá la arquitectura moderna, con construcciones cada vez más pequeñas, tiene responsabilidad—, puede que tengamos para largo rato más de espera. A menos que como usuarios demos una mano y, siguiendo el ejemplo de Van Gogh, nos deshagamos de una oreja.
Con este parlante, y a pesar de su alto costo, Sony no consigue acercarse al HiFi. Quienes no cuentan con el presupuesto de llegar a ese sonido, pueden seguir esperando a que alguna compañía tecnológica haga la magia que permita masificar el verdadero audio de alta calidad a un precio conveniente. O, quizás para mejor, a que retroceda unos pasos, cambie de brújula y encuentre un nuevo norte.
Nota: ⭐⭐★★★
*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 5 de junio de 2021. Los valores y disponibilidad pueden cambiar.