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El procedimiento utiliza paneles modulares fabricados con madera de pino extraída en tratamientos silvícolas para la prevención de incendios forestales y una capa interior de corcho expandido para mejorar sus prestaciones como aislante térmico y corrector acústico.
De esta forma, «se favorece el ahorro y la eficiencia energética en edificios públicos, potenciando así el uso de materiales naturales en la construcción», según ha detallado en un comunicado la Junta, precisando que se trata del proyecto europeo ‘Innovative Eco,-Construction System Based on Interlocking Moduar Insulation Wood & Cork-Based Panels’ (IMIP) en el que participa la Agencia Andaluza de la Energía, entidad adscrita a la Consejería de Hacienda, Industria y Energía, que forma parte del consorcio de nueve socios que desarrollarán el programa.
Este proyecto se pone en marcha, con la coordinación de la Universidad Politécnica de Valencia, tras la celebración de la primera reunión de lanza- miento, realizada de manera telemática a causa del Covid-19, «con el objetivo de diseñar, validar e implementar este sistema de construcción sostenible«.
«Formar parte de este proyecto supone para Andalucía la oportunidad de dar un nuevo valor y uso a la biomasa: su utilización como elemento constructivo, sumándose a su papel como fuente renovable de energía, en el que la región ya es un referente», ha valorado la Junta.
El empleo de recursos naturales como el corcho y la madera de pino permite reducir el consumo de energía en la fabricación de productos de construcción y en la propia edificación de los inmuebles, disminuyendo las emisiones de gases de efecto invernadero, además de que almacenan carbono atmosférico actuando como sumidero prolongado en el tiempo.
A esto se suma la cualidad del corcho y la madera como aislantes naturales, «lo que permite ahorrar energía en la calefacción y refrigeración de los edificios».
Aunque el uso de estos materiales naturales no es tan habitual en el suroeste de Europa como en otras regiones europeas, estos elementos constructivos tienen importantes aspectos positivos desde el punto de vista energético y medioambiental, «por lo que existe un gran potencial para mitigar el cambio climático, uno de los principales objetivos del Gobierno andaluz», según resalta la Junta.
Además, en el caso concreto de Andalucía, potenciar el uso de la biomasa para la construcción también permitirá, por un lado, aumentar la rentabilidad de las tareas de ‘aclarado’ de bosques de pino, recomendables para evitar incendios, al revalorizarse el precio de una madera que se consideraba de baja calidad; por otro, permitirá incrementar el valor añadido del corcho, un material con gran actividad y tradición ancestral en Andalucía donde existen extensos bosques de alcornocales.
Proyectos piloto
El proyecto IMIP desarrollará prototipos de paneles modulares en fachadas, sistema constructivo en el que se basa este proyecto, lo que facilita su montaje y desmontaje y, consecuentemente, su reutilización, «reduciendo así los costes energéticos de demolición y el material de desecho y favoreciendo la bioeconomía circular en el sector de la construcción«.
En concreto, se llevarán a cabo cuatro experiencias piloto en edificios públicos de las regiones participantes (dos en Valencia, uno en Francia y otro en Portugal) en los que se evaluarán los beneficios de los nuevos elementos constructivos respecto a los sistemas tradicionales desde el punto de vista energético, medioambiental, estructural, acústico y de combustión, durabilidad y estabilidad.
Asimismo, se va a elaborar una guía de buenas prácticas para la mejora de la eficiencia energética en edificios públicos y otra guía para la evaluación técnica y de calidad de la materia prima (corcho y madera).
La formación también será un punto importante de este proyecto, que impartirá varios cursos, tanto para prescriptores técnicos como para empresas y profesionales de ingeniería y arquitectura. Y algunos específicos sobre instalación de módulos constructivos para el sector de la carpintería y la construcción.
El papel de andalucía
«Como región de referencia en el ámbito de la construcción sostenible a nivel europeo«, la Agencia Andaluza de la Energía participa en el equipo técnico que desarrollará las soluciones conceptuales que se acometerán en los proyectos piloto IMIP, así como en la evaluación de la mejora de la eficiencia energética y la reducción de la huella de carbono de los nuevos elementos constructivos que se van a diseñar.
La Agencia se encargará, además, de divulgar los avances del proyecto a nivel internacional a través del Partenariado de regiones europeas para la edificación sostenible, que lidera; y de forma regional, junto al Clúster de la Construcción Sostenible de Andalucía, entre los profesionales del sector de la construcción y las empresas del corcho y la madera.
El proyecto IMIP, enmarcado en el programa Interreg Sudoe, tiene un presupuesto de 1,3 millones de euros y una duración hasta enero de 2023. Lo componen nueve entidades públicas y privadas de España, Francia y Portugal que cubren toda la cadena de valor de las soluciones constructivas.
Por parte de España, liderada por la Universidad Politécnica de Valencia, participan la Agencia Andaluza de la Energía, el Clúster de la Construcción Sostenible en Andalucía, el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria, el Instituto Valenciano de la Edificación y la Asociación de Investigación Técnica de las Industrias de la Madera.
El Institut Technologique Forêt Cellulose Bois-construction Ameublement y Pôle de Compétitivité Xylofutur, lo hacen del lado de Francia y el Instituto Superior de Agronomia de la Universidad de Lisboa, de Portugal.
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