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En América Latina no hay empresa que no haya sido impactada por los efectos de la crisis sanitaria que ha provocado la pandemia del nuevo coronavirus.
Los profesionales en cadena de suministro desde Tijuana y hasta la Patagonia han resentido una estridente caída en el movimiento de insumos o mercancías finales.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha estimado que la región presentó una caída interanual en abril pasado de hasta 30% en las exportaciones, impulsada principalmente por los países sudamericanos que tienen a China como su socio central.
“En los primeros meses de 2020, las exportaciones de bienes de América Latina continuaron en la tendencia a la baja registrada desde principios de 2019, aunque aún no se observan plenamente los efectos de la crisis global. Se estima que el valor total de las ventas externas de la región cayó 3.2% en la comparación interanual correspondiente al acumulado en el primer trimestre”, indicó el BID en su reporte Estimaciones de las tendencias comerciales de América Latina y el Caribe, publicado recientemente.
Por su parte, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) ha estimado también que la crisis económica provocada por la pandemia del coronavirus (COVID-19) llevará a 11.5 millones de latinoamericanos al desempleo; mientras que la región experimentará una contracción económica de 5.5 por ciento.
En la vida cotidiana, estos datos se traducen en situaciones sin precedentes en el consumo, los modelos de trabajo y en la demanda.
Actualmente se han evidenciado los “nuevos hábitos de consumo” que se desarrollan en las sociedades, experimentando nuevos canales de venta, como el comercio electrónico que ha sido punta de lanza para mantener una parte de la economía a flote.
Pero los profesionales en cadena de suministro tienen que estar atentos actualmente a la velocidad de las entregas y la descentralización de la toma de decisiones, priorización de recursos con foco en venta, sin olvidar el servicio al cliente, planificación del abastecimiento vs. escenarios restrictivos, caída de ventas, flujos de caja y capacidad de inversión en inventarios.
Estas son algunas de las áreas en que ha impactado la pandemia del COVID-19 a las cadenas de suministro de Latinoamérica, de acuerdo a lo que se indicó en el marco del webinar Impactos del COVID sobre las Cadenas de Suministro regionales y expectativas para el “día después”, organizado por Miebach Consulting, firma de consultoría para la cadena de suministro.
El webinar incluyó un panel en el que participaron Enrique Schleske, Director de Supply Chain de Sanofi México; Rodrigo González Bernaldo de Quirós, Gerente Regional Supply Chain de Cencosud en Argentina; Roberto Gallardo, Director de Operaciones y Logística Regional de cbc (The Central America Bottling Corporation); y Eduardo Goncalves, Gerente de Proyectos de Nuevas Exportaciones de ABInBev en Bélgica.
El panel se dividió en dos ejes temáticos. En el primero los directivos abordaron los impactos a corto plazo que ha generado COVID-19, como es el caso de la llamada “nueva normalidad”; y en el segundo eje temático se enfocaron en “pensando el futuro… ‘el día después’”.
Rodrigo González Bernaldo de Quirós, gerente regional Supply Chain de Cencosud en Argentina, habló de los impactos corto plazo del COVID-19 en las cadenas de suministro que iniciaron desde enero de este año con algunos retrasos en abastecimiento desde Oriente.
Indicó que el COVID-19 impactó de la siguiente forma en el modelo logístico:
– Cambios en la demanda: Hábitos de consumo y canales de venta.
– Velocidad y descentralización en la toma de decisiones.
– Priorización de recursos con foco en venta y servicio al cliente.
– Planificación del abastecimiento vs. escenarios restrictivos.
– ¿Cómo adaptar los modelos históricos de predicción de la demanda?
– Flexibilidad para adaptarse a los cambios, agilidad, trabajo colaborativo y velocidad en la cadena de suministro son la clave.
González Bernaldo de Quirós agregó que estos cambios llegaron para quedarse, como el crecimiento de la omnicanalidad, la venta del canal web y el trabajo colaborativo con equipos internos y proveedores.
También mencionó que frente a este escenario se deben buscar negocios con restricción de gastos, restricción de inversión en inventarios y con clientes que reclaman calidad de servicio y costos de operación más altos. También señaló que las empresas que no estén en condiciones de adaptarse y acomodarse a los cambios, será muy difícil mantener su continuidad.
Enrique Schleske, Director de Supply Chain de Sanofi México, compartió la forma en que en su compañía comenzaron a visualizar muy de lejos el tema de COVID-19 en diciembre-enero, que vieron algunos riesgos y disrupciones potenciales en algunos suministros o materiales que venían de Asia. Esa discusión se mantuvo durante algunas semanas, analizando qué pasaría si paraban las líneas de producción en Asia y cómo mantendrían su operación.
Posteriormente, cuando vieron más cercana la pandemia en las fases I y fase II, como se le llamó en México, entonces comenzó la incertidumbre con los primeros cambios en los canales y hábitos de consumo que se modificaron de ligera a medianamente.
Con esta incertidumbre se activaron los cambios de hábitos, se empezaron a activar los canales en línea, el takeaway (servicio a domicilio) se aceleró para distribuir alimentos y mercaderías en general. Las líneas de productos de prevención para cuestiones respiratorias se comenzaron a acelerar, con incremento desmedido de consumo de medicamentos OTC, lo que repuntó aceleradamente las ventas, contrario al ciclo normal. En cuanto a líneas de tratamientos de mediano y largo plazo, para enfermedades más graves, comenzaron a ver que se adelantaba la compra de medicamentos, comentó Enrique Schleske.
“Entonces, cadenas de suministro que eran estables, que presentaban una demanda estacional, empezaron a presentar ventas irregulares, lo que generó un efecto látigo en toda la cadena porque nuestros suministros internos, externos y los de nuestros clientes empezaron a adolecer de resiliencia, porque como industria no estábamos preparados para picos de esa magnitud. El consumo en tiendas se disminuyó al tener menos flujo de personas”, agregó.
“Más tarde vino la fase 3 con el encierro y los cambios mayores como los nuevos canales y hábitos de consumo con mayor modificación. Todo ello nos llevó a un subir y bajar con el que tuvimos que lidiar para mantener el flujo de caja, los inventarios que nos permitan seguir entregando a nuestros clientes que atienden a pacientes y consumidores”, concluyó Schleske.
Roberto Gallardo, Director de Operaciones y Logística Regional de cbc (The Central America Bottling Corporation), inició su participación comentando cómo el contexto generado por la pandemia COVID-19 se convirtió en una oportunidad para ir ajustando, adaptando y modelando un nuevo modelo de gestión que les ayude cada día a ir cerrando los gaps que se identifican y que hacen que la industria se mueva de manera diferente.
Gallardo indicó los tres ejes y aspectos principales que cualquier industria debe tomar en cuenta para enfrentar el contexto actual ante el COVID-19 y en el mediano plazo, pensando cómo recuperar la normalidad y la nueva forma de hacer las cosas:
1.- La salud, seguridad de la gente y empleados. Tener protocolos bien direccionados para ello.
2.- Planeación de la demanda, redefinición del forecast, cómo debemos entender las nuevas formas de poder ir teniendo esa demanda y entender cómo ver hacia futuro para ir adaptando toda nuestra cadena, proveedores, la parte productiva, los inventarios y distribución, para que con base en eso podamos seguir siendo competitivos. Cuidar la caja, cuidar el flujo, que es sumamente relevante desde el punto de vista de la demanda. Entender cómo podemos adaptar y manejar toda la big data de manera más dinámica.
3.- Cómo lidiar con las variabilidades y altas demandas. Tenemos que ser sumamente ágiles y resilientes para adaptarnos a esta “nueva normalidad” y apoyar el top line de nuestras compañías, sea cual sea la industria en la que estemos. Apoyar también la adaptación de los costos, buscar productividad, cuidar los ingresos de las empresas y ser ágiles en la toma de decisiones.
“Cuando hablamos de la migración de canales quiere decir que hay que actuar rápido para adaptar operación y cuidar capital de trabajo, garantizando nuestros estándares de nivel de servicio. En cuanto a omnicalidad e e-commerce, hay que lanzarlos, pero salir bien sólidos en un modelo de largo plazo, rentable y cuidando el CTS. Respecto al tema de operar en diferentes ambientes o países, dependemos de las decisiones gubernamentales que limitan la movilidad. Hay que tener ya montado abanico de alternativas para reaccionar y aplicarlo de forma atomizada, ya que los países y mercados se mueven distintos”, concluyó el ejecutivo de cbc.
Finalmente, Eduardo Goncalves, Gerente de Proyectos de Nuevas Exportaciones de ABInBev en Bélgica, mencionó la forma en que su empresa ha tratado de resolver los impactos y disyuntivas del COVID-19 en su cadena de suministro, que comenzó desde el surgimiento de la pandemia en China en diciembre pasado, usando aquellos países que ya van en la etapa de descompresión y desescalada de la cuarentena como ventanas del futuro, para entender qué es lo que va a venir y tratar de pronosticar con un mayor grado de acierto cómo va a reaccionar la población en cada una de las fases de desescalada.
Mencionó que uno de los mayores elementos que observaron en la población fueron los cambios en demanda y hábitos de consumo, como ha sido la migración del consumo de formatos de menor consumo hacia formatos de mayor volumen.
Para concluir el webinar se hizo mención al segundo eje temático: “Pensando el futuro… ‘el día después’”, presentando un breve resumen sobre los temas que los participantes del panel consideraron serán fundamentales atender hacia el futuro para garantizar la operatividad de las cadenas de suministro en América Latina, considerando que finalmente estamos atravesando un entorno de incertidumbre.
– Resiliencia.
– Agilidad vs. tamaño y músculo financiero.
– Integración de sistemas.
– Supply Chain 4.0.
– Internet de las Cosas (IoT).
– Comunicación.
– Tecnología e inmediatez de la información.
– Rol que ocupará la tecnología.
– Gestión y racionalización del portafolio.
– Adaptación a grandes superficies de venta.
– Crecimiento venta no presencial.
– Analytics, rol clave en supply chain.
– Demanda: horizontes de planificación cortos, dinámicos y con información externa.
– Desafíos última milla.
– Cómo hacemos eficiente la entrega B2C.
– Suministros: mayor integración de la cadena con proveedores.
– Apoyo de gobierno es clave.
– Transporte: tercerización y uso de soluciones tecnológicas en un esquema amigable con la comunidad y el ambiente.
– Adaptación de procesos y rutinas a los nuevos requerimientos.
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