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Under Armour se cambia de casa. La compañía estadounidense de moda y equipamiento deportivo iniciará este año la construcción de la que será su próxima sede central, un espacio de 200.000 metros cuadrados, más reducido que el actual, ubicado en Port Covington y que adquirió hace cinco años. El cambio se enmarca en la nueva estrategia de la compañía de reducir costes y concentrar las funciones corporativas en espacios acordes a nuevos tiempos.
La futura sede, que estará totalmente operativa en 2025, según ha anunciado la compañía, tiene previsto convertirse en un nuevo modelo híbrido de espacio de trabajo, que combine la opción del trabajo presencial y el teletrabajo. La empresa lo ha justificado en los cambios provocados por la pandemia y los nuevos formatos de trabajo combinado.
Las nuevas instalaciones incluirán espacios comerciales y de oficinas, instalaciones deportivas y pistas de baloncesto. “El campus representa el futuro del nuevo modelo de trabajo, basado en la innovación; un espacio de trabajo aún mejor para nuestro equipo”, ha explicado el consejero delegado de la compañía, Patrik Frisk, en un comunicado de prensa.
Under Armour tiene previsto que su nueva sede esté operativa en 2025
Las nuevas instalaciones se construirán bajo los estándares de las edificaciones sostenibles e inteligentes. Under Armour anunció recientemente que, entre sus principales objetivos de sostenibilidad, pretende usar el 80% de energía renovable para 2025 y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 30% antes de 2030.
Actualmente la compañía cuenta con un espacio de oficinas cerca de Tide Point y otro en el centro de negocios City Garage, ambos en Port Covington. La intención de la compañía con la nueva sede es concentrar todo en un solo lugar. Under Armour tiene alrededor de 1.700 empleados en la ciudad.
El grupo se encuentra inmerso, desde hace años, en un profundo plan de reestructuración a escala mundial. Este mes ha anunciado que abandona Argentina. Hace dos años, Under Armour ya abandonó Brasil y, en noviembre del año pasado, también se replegó en Chile.
La compañía cerró el ejercicio 2020 con una caída de la cifra de negocio del 15%, hasta 4.477 millones de dólares. El resultado neto, por su parte, fue negativo, de 549 millones de dólares, frente al beneficio de 92 millones de dólares alcanzado en 2019.