Crédito: fuente
Una frase que se suele escuchar es que Uruguay es un país caro y esa afirmación fue demostrada por un estudio que la consultora CPA Ferrere elaboró para el supermercado TaTa, al que accedió El País y que fue divulgado el pasado 10 de junio. Entre sus principales conclusiones, el estudio demuestra que los precios de determinados artículos (que forman parte de la canasta de consumo básico), son relativamente más caros frente a los mismos productos en Argentina, Brasil y Chile.
La investigación de CPA Ferrere -presentada por el socio de la consultora, Gabriel Oddone, en el marco de un evento organizado por el Centro de Estudios para el Desarrollo (CED)- explicó los motivos por los cuales Uruguay es un país caro. En este sentido, detalló que hay “factores vinculados a la intensidad de la competencia en la distribución (dado que hay casos en los que hay un único distribuidor), prácticas comerciales de trato exclusivo entre productores e importadores y la existencia de normas regulatorias que en los hechos limitan una mayor competencia en los mercados”.
Especialistas
En la presentación del evento participaron como comentaristas Pablo Sanguinetti, vicepresidente de Conocimiento CAF -banco de desarrollo de América Latina-, Ana Laura Fernández, asesora económica de la Cámara de Comercio y Servicios y José Licandro, intendente de Regulación Financiera del Banco Central.
De acuerdo con Licandro, el trabajo de la consultora demuestra que Uruguay tiene problemas “microeconómicos y básicamente de organización industrial”. A su entender, en el país “no tenemos problemas macroeconómicos porque si fuera así lo hubieran encontrado en la diferencia de precios en todos y cada uno de los productos (el estudio solo encontró diferencias en algunos) porque el tipo de cambio afecta a todos los bienes que se comercian. Es decir que el problema no está ahí”, indicó.
Según Licandro, el análisis de CPA Ferrere demostró que “hay un conjunto de problemas” que resumió en cuatro aspectos: los requisitos no arancelarios que tiene el país; la falta de producción doméstica, dado que “al no haber producción nacional” de algunos bienes eso le quita competencia al mercado; problemas de organización industrial y la cuantía del impacto. Sobre este último punto, Licandro explicó que es relevante porque los bienes estudiados representan el 5,5% del Índice de Precios del Consumo (IPC). “Este no es un tema de dinero sino de economía industrial”, sentenció.
Por su parte, Fernández señaló que pese a que la investigación de la consultora encontró diferencias de precios en algunos productos de la canasta, “esta lógica no es extrapolable a toda la canasta de bienes de consumo masivo”. Según explicó la asesora económica de la gremial, en el trabajo de CPA Ferrere “el tema arancelario no parecería ser un aspecto relevante pero en otros productos de nuestra canasta sí lo es” e incide en el precio que paga el consumidor final.
En tanto, Sanguinetti explicó que la pregunta sobre si Uruguay es caro tiene connotaciones macro y microeconómicas. Según explicó, “una determinante clave” que afecta a los niveles de precios relativos para una canasta de productos entre Uruguay y sus vecinos “es el tipo de cambio real bilateral” entre esas economías. Sin embargo, como segundo argumento, dijo que más allá del shock macroeconómico que sufren los países vecinos, Uruguay “puede ser más caro porque la productividad subió asociada con la fuerte inversión externa directa. Son shocks que hacen más rico al país y entonces el tipo de cambio real en Uruguay se aprecia como tiene que apreciarse”, explicó.
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Una frase que se suele escuchar es que Uruguay es un país caro y esa afirmación fue demostrada por un estudio que la consultora CPA Ferrere elaboró para el supermercado TaTa, al que accedió El País y que fue divulgado el pasado 10 de junio. Entre sus principales conclusiones, el estudio demuestra que los precios de determinados artículos (que forman parte de la canasta de consumo básico), son relativamente más caros frente a los mismos productos en Argentina, Brasil y Chile.
La investigación de CPA Ferrere -presentada por el socio de la consultora, Gabriel Oddone, en el marco de un evento organizado por el Centro de Estudios para el Desarrollo (CED)- explicó los motivos por los cuales Uruguay es un país caro. En este sentido, detalló que hay “factores vinculados a la intensidad de la competencia en la distribución (dado que hay casos en los que hay un único distribuidor), prácticas comerciales de trato exclusivo entre productores e importadores y la existencia de normas regulatorias que en los hechos limitan una mayor competencia en los mercados”.
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En la presentación del evento participaron como comentaristas Pablo Sanguinetti, vicepresidente de Conocimiento CAF -banco de desarrollo de América Latina-, Ana Laura Fernández, asesora económica de la Cámara de Comercio y Servicios y José Licandro, intendente de Regulación Financiera del Banco Central.
De acuerdo con Licandro, el trabajo de la consultora demuestra que Uruguay tiene problemas “microeconómicos y básicamente de organización industrial”. A su entender, en el país “no tenemos problemas macroeconómicos porque si fuera así lo hubieran encontrado en la diferencia de precios en todos y cada uno de los productos (el estudio solo encontró diferencias en algunos) porque el tipo de cambio afecta a todos los bienes que se comercian. Es decir que el problema no está ahí”, indicó.
Según Licandro, el análisis de CPA Ferrere demostró que “hay un conjunto de problemas” que resumió en cuatro aspectos: los requisitos no arancelarios que tiene el país; la falta de producción doméstica, dado que “al no haber producción nacional” de algunos bienes eso le quita competencia al mercado; problemas de organización industrial y la cuantía del impacto. Sobre este último punto, Licandro explicó que es relevante porque los bienes estudiados representan el 5,5% del Índice de Precios del Consumo (IPC). “Este no es un tema de dinero sino de economía industrial”, sentenció.
Por su parte, Fernández señaló que pese a que la investigación de la consultora encontró diferencias de precios en algunos productos de la canasta, “esta lógica no es extrapolable a toda la canasta de bienes de consumo masivo”. Según explicó la asesora económica de la gremial, en el trabajo de CPA Ferrere “el tema arancelario no parecería ser un aspecto relevante pero en otros productos de nuestra canasta sí lo es” e incide en el precio que paga el consumidor final.
En tanto, Sanguinetti explicó que la pregunta sobre si Uruguay es caro tiene connotaciones macro y microeconómicas. Según explicó, “una determinante clave” que afecta a los niveles de precios relativos para una canasta de productos entre Uruguay y sus vecinos “es el tipo de cambio real bilateral” entre esas economías. Sin embargo, como segundo argumento, dijo que más allá del shock macroeconómico que sufren los países vecinos, Uruguay “puede ser más caro porque la productividad subió asociada con la fuerte inversión externa directa. Son shocks que hacen más rico al país y entonces el tipo de cambio real en Uruguay se aprecia como tiene que apreciarse”, explicó.