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Te ha pasado alguna vez, comprar un producto de un determinado color, salir de la tienda y… ¿verlo de otro?
La luz no sólo nos activa y desactiva en función de la atmósfera que podemos crear, sino que también, puede potenciar o cambiar el color de los productos.
La iluminación de acuerdo el brillo, la intensidad y la temperatura del color puede producirnos una percepción de frescura o calidez, misterio o confort, de un ambiente sofisticado para quedarnos y permanecer mucho tiempo, o amplio y rápido para transitar, avanzar y retirarnos.
Los acentos de luz en los productos permiten dar protagonismo a unos sectores sobre otros. La luz y la sombra provocan un efecto de foco e indiferencia y esto permite generar distintos ritmos visuales.Sí esa luz es cálida o fría va a producir distintos efectos,mientras la luz cálida va a reforzar el efecto de los colores vivos como el rojo y el amarillo, y puede convertir un gris en verdoso, la luz fría, va a ser ideal para entornos blancos, negros o grises.
Luz cálida o Fría
La luz se percibe a partir de la temperatura del color y esto no, es más, que la percepción de nuestros ojos ante la presencia de la luz, siendo cálida si predomina el color ámbar y fría si predomina el azul.
Esta medición se realiza en grados Kelvin.
Los grados Kelvin generan una relación de “color” cuando un cuerpo negro se expone al calor y se calienta, esta relación se utiliza para medir el efecto que produce distintos tipos de iluminación.
Por ejemplo, si observamos un metal cuando comienza a calentarse el primer color va a ser rojo, luego naranja, amarillo, más tarde blanco y por último azul e incluso negro.
La temperatura de este metal, y por lo tanto la temperatura del color, se mide en grados Kelvin, donde los tonos cálidos son los que van a tener menos grados Kelvin y los tonos fríos más.
La luz cálida se sitúa alrededor de 2800 °K y va a emitir un color que tiene una tonalidad ámbar.
La luz fría se sitúa alrededor de 6.500 °K aporta luminosidad y se inclina hacia los tonos azules.
La luz neutra se sitúa alrededor de los 4500 °K y el tono de luz se asemeja a la luz natural, esto se aplica para crear zonas dónde no necesitamos el efecto de la luz cálida o fría, entonces en estos casos optamos por una iluminación neutra y blanca que no altera la percepción de los colores.La iluminación LED, además de generar ahorro en el consumo permite colocar las lámparas donde creamos conveniente porque no transmiten calor. En este caso, para este tipo de lámparas, para lograr una luz cálida neutra tendríamos que buscar una lámpara de 3000 °K y para lograr efecto de luz fría neutra cerca de K°4100, cómo podemos ver en las siguientes imágenes donde implementamos un sistema de iluminación con luz cálida general neutra y puntual fría para resaltar el efecto de todos los colores.Para distintos colores de productos la luz va a tener distintos efectos.
Por ejemplo, para los productos negros el color que le queda mejor es el azul y una luz fría va a resaltar mucho más este color.Por su parte las superficies brillantes van a reflejar siempre la luz, hasta el negro brillante.
Si utilizamos maniquíes negros brillantes para la exhibición de productos, la aplicación de luz fría va a ser que resalte más su color y la superficie brillante va a evitar que el color negro absorba la luz provocando un alto contraste con el producto.Los colores de un objeto se oscurecen al ser iluminados con luz de su color complementario. Esto puede ser un buen un recurso si buscamos apagarlos.
Cada producto resalta con una luz de su mismo color y se enfría con su luz complementaria.
¡Recordemos que el color es luz, y cuando aplicamos luz sobre un producto de acuerdo con su temperatura de color, ESTAMOS APLICANDO COLOR!!!
(*) Marcela Seggiaro. Especialista en Visual Merchandising, Retail Design y Construcción de marcas. Contacto. [email protected]
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