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Los eSports están en alza a nivel estatal y global. En España, 5,5 millones de personas los siguen habitualmente y 250 millones lo hacen en todo el mundo. Los eventos de estas competiciones de videojuegos rivalizan en popularidad con otros deportes offline
.
Incluso en el mundo prepandemia, estas competiciones conseguían llenar recintos como el Palau Sant Jordi de Barcelona o Ifema en Madrid. Durante el confinamiento, han mantenido su popularidad gracias a los eventos online que han permitido a sus fieles aficionados no perderse ni una pizca de la emoción que generan.
Esta popularidad se traduce en un fuerte impacto mediático. Por ejemplo, en la final de League of Legends (uno de los títulos multijugador más populares) fue seguida por 200 millones de personas en todo el planeta en 2018 y se retransmitió en 19 idiomas. Por comparativa, la Superbowl de ese año tuvo la mitad de la audiencia.
Un 70% de los seguidores de los eSports también juegan online compitiendo con otros gamers
Este amplio seguimiento a los eSports ha llamado la atención de las marcas en el último lustro y el 75% de los ingresos provienen de los patrocinios y derechos de retransmisión. En total en 2020 fueron 950,6 millones de dólares, según datos de la consultora Newzoo. Las entradas y el merchandising suman el resto del gran volumen de negocio que generan estas actividades.
Además, los espectadores no se limitan a un rol pasivo. Un 70% de los seguidores de los eSports también juegan online compitiendo con otros gamers. De hecho, para muchos jóvenes se presentan como una opción profesional de futuro. Pero no basta con jugar muchas horas al videojuego favorito y conseguir quedar en lo más alto de las clasificaciones en cada partida multijugador.
En realidad, estas estrellas de los eSports tienen más en común con otros deportistas de lo que el tópico puede dejar ver en un primer momento. Lo primero de todo hay que desterrar la imagen de alguien solitario que se ha convertido en un “crack” de los videojuegos porque se ha limitado a pasarse horas y horas ante la pantalla, entregado a una vida sedentaria sin moverse.
No debe sonar tan extraño. Al fin y al cabo, el ajedrez y el automovilismo se consideran deportes y también se practican sentados como los eSports. Pero todos requieren una intensa preparación. Si se observa las rutinas de trabajo de un equipo de gamers profesionales, es habitual encontrar entre su staff técnico a preparadores físicos y psicólogos, entre otros profesionales especializados en temas relacionados con la preparación física.
Los gamers profesionales de los eSports pasan muchas horas sentados y requieren una serie de ejercicios para evitar lesiones
Este creciente interés por la preparación deportiva entre los gamers se debe a que los videojuegos pueden ser muy exigentes, físicamente hablando. Es cierto que hay que pasarse muchas horas sentado, practicando para mejorar. Esta circunstancia conlleva una alta carga postural. Además, un uso excesivo de teclados, ratones o game pads puede causar problemas en articulaciones por movimientos repentinos y forzados.
Para sobrellevar bien estas circunstancias y reducir el riesgo de lesiones en espalda y articulaciones, los jugadores profesionales necesitan un buen acondicionamiento físico y aprender posturas ergonómicas adecuadas.
Aparte de la prevención de lesiones, desde el sector se recuerda que estos gamers profesionales, para rendir al nivel más alto, deben estar en plenitud de sus facultades físicas, mentales y psicológicas. Videojuegos como el FIFA, Pro Evolution o League of Legends requieren agilidad mental, coordinación mano-vista, visión espacial, agudeza visual y auditiva, buenos reflejos… También se valora tener capacidad multitarea y saber rendir bajo presión, ya que los videojuegos requieren procesar un alto volumen de información sensorial. Todos estos aspectos se trabajan con un buen entrenamiento.
Para extender estas buenas prácticas entre los gamers que aspiran a ser profesionales y los que simplemente disfrutan de la afición, la Liga de Videojuegos Profesionales (LVP) y Fundación MAPFRE han lanzado la campaña
Feel good – Play better
. Ambas entidades se han marcado como objetivo fomentar los hábitos que forman parte de las rutinas de trabajo de estos equipos de eSports de primer nivel.
Los hábitos que se recomiendan a un gamer se pueden resumir en tres pilares: descanso adecuado, alimentación saludable y ejercicio físico constante. A partir de aquí se pueden establecer unas rutinas que influirán claramente en la salud del interesado.
Se deben establecer períodos de descanso y de sueño para asegurar una buena recuperación y evitar diversas dolencias
Respecto a las pausas y el reposo, deben ser las adecuadas en cantidad, calidad y regularidad para garantizar una correcta recuperación. Se recomienda empezar haciendo una pausa cada hora de juego, más o menos. Este primer nivel de descanso debería aprovecharse para estirar las piernas por la habitación y la casa.
También es un buen momento para descansar la vista de la pantalla —y si se puede fijar en un punto lejano, ya sería perfecto—. En un segundo nivel, no hay que olvidar la importancia de un sueño. Conviene dormir unas ocho horas al día, con horas de acostarse y levantarse lo más regulares posibles.
En lo referente a la alimentación, hay equipos profesionales que cuentan con cocineros y nutricionistas para preparar dietas lo más saludables posible. La recomendación es desterrar la comida rápida, en la que puede resultar muy fácil de caer si se quiere hacer una sesión larga de videojuegos.
Desde la campaña Feel good — Play better, se recomienda a los gamers amateurs hacer pausas más largas que coincidan con las principales comidas del día, y así poder dedicarles el tiempo suficiente. También es aconsejable planificar la compra e incluso el menú semanal. Además, Fundación MAPFRE y LVP remarcan que es importante no picar entre horas y, en especial, alimentos poco saludables.
En cuanto al tercer pilar, el ejercicio. Por lo menos, debe ser media hora de actividad física moderada al día. Conviene incluir varios tipos de actividades, como entrenamientos aeróbicos: correr, caminar a buen ritmo, bicicleta… Pero también hay que pensar en las rutinas de fuerza con planes de preparación orientados a mejorar la musculatura en cuello, hombros, espaldas…
Se recomienda realizar al menos media hora de ejercicio físico moderado al día
Un primer objetivo claro de estas actividades es reducir las lesiones derivadas de pasar largas horas sentados. Pueden ser dolencias como lumbalgias o dolores cervicales, entre otras.
Además de la musculación también se recomienda desde la campaña Feel good — Play better tener en cuenta el control postural. Se trata de ejercicios que ayuden a evitar o corrijan vicios a la hora de sentarse ante una pantalla. También son recomendables un buen calentamiento y unos estiramientos antes y después de la sesión de juegos, respectivamente.
Todo este trabajo físico también debe reforzarse con disponer de un buen mobiliario. Sillas, mesas y demás complementos deben adaptarse a la fisonomía concreta del gamer para reducir el riesgo de lesión.
Si se quiere ver algún ejemplo concreto, los miembros del equipo español de gamers de los Giants hacen entreno físico cinco veces a la semana. Se centran en la corrección postural, así como en el fortalecimiento de brazos y pectorales. Mientras, otros jugadores completan su entrenamiento con sesiones de meditación u otras actividades de mindfulness
para potenciar también la preparación mental.