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Desde hace por lo menos dos años, la mayoría de los medios dedicados al entretenimiento advierten que uno de los formatos que mayor crecimiento habrá de lograr en los próximos años es el de podcast, que después de todo puede entenderse como la altermativa superadora para la vieja radio, algo así como el «on demand» de la emisión radiofónica. A ese universo aún en formación han saltado muchas celebridades (entre ellas, los Obama, que tienen un contrato directo con Spotify para desarrollar una serie de podcasts) y se suma ahora Warner Bros., que ha firmado un contrato de exclusividad con la firma sueca de música a la carta para crear podcasts guionados alrededor sobre todo de la amplísima escudería de superhéroes de DC Comics, subsidiaria del gigante de los contenidos y las comunicaciones.
En principio, el acuerdo está relacionado con la creación de series de audio alrededor de Superman, Batman, y Mujer Maravilla, a las que podrán acceder los usuarios premium de Spotify sin interrupciones. Es cierto, esto es lo mismo que decir que las plataformas acaban de descubrir el viejo (y querido, y casi completamente olvidado) radioteatro.
Las series de audio o podcasts argumentales (otra vez, evitemos el término «radioteatro» aunque la tentación sea casi irresistible) propondrán nuevas historias dentro del universo DC. Lo que en lengua mucho más clara significa que no van a estar relacionados con ninguno de los productos audiovisuales que la firma tiene desarrollados. Ni con series como Supergirl, Batwoman, Arrow o Teen Titans Go!, ni con las películas por venir o planeadas (es decir, el podcast de Mujer Maravilla no tendrá nada que ver con la película Mujer Maravilla 1984, que por ahora tiene fecha de estreno para octubre).
Pero los superhéroes no son el único recurso intelectual con el que cuenta Warner, y en el contrato que firmó con Spotify figura también el desarrollo de podcasts alrededor de otras de las franquicias que tiene en su poder, por ejemplo Looney Tunes (sería interesante saber qué clase de «podcast» se puede hacer con Bugs Bunny y compañía, personajes cuyo impacto es básicamente visual) o la serie Supernatural, que también le pertenece. En todos los casos, se combinan dos intenciones. La primera es «ampliar» el universo de experiencia del fanático a través de todos los formatos posibles. Pero la segunda es más importante: mantener la marca viva para generar ingresos de merchandising -probablemente lo más enjundioso como negocio- a través de ellas.
Spotify ha venido generando negocios muy fuertes en el campo del podcast porque intenta convertirse en el principal proveedor de esta clase de experiencias. Si bien es casi el estandar en lo que refiere a streaming musical, en ese campo no carece de competencia. Pero en el podcast, que considera un tipo de contenido que será dominante en los próximos años, tiene un rol de pionero mucho más marcado. Cerrar negocios con las primeras marcas del mundo para crear podcast, incluso si eso implica gran cantidad de dinero (gran cantidad de millones, claro, aunque aún no se conocen los números del pacto con Warner), resulta una alternativa loable si lo que se busca es un liderazgo absoluto en ese campo. Spotify es, de hecho, la firma que más invierte en podcast y en herramientas para desarrollarlos. Quizás este sea -finalmente- el futuro de la radio.