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28 investigadores presentaron sus trabajos de investigación a lo largo de esta jornada
Retos de la coyuntura: comprender para transformar, fue el tema bajo el cual se estructuró la Semana de Investigación 2020, organizada por la Dirección de Investigación y Posgrado de la Universidad Iberoamericana Puebla.
La jornada inició con el panel Oportunidades y ámbitos de una nueva política de ciencia y tecnología, el cual fue moderado por la Dra. Amaranta Cornejo, coordinadora de la Maestría en Comunicación y Cambio Social.
Este espacio de diálogo contó con la participación de la Dra. Lilia María Vélez Iglesias, directora general Académica, quien destacó tres puntos: la investigación en una universidad jesuita, en donde comentó que asumimos que el papel de las y los investigadores y docentes de nuestra universidad es la comprensión y el análisis de los complejos y multifactoriales problemas que se viven hoy en el mundo y en nuestro país para que, a partir de ese conocimiento científicamente producido, se propongan alternativas de distinta naturaleza y complejidad para resolverlos o enfrentarlos.
Como segundo punto, señaló que, en nuestra universidad, las pistas señaladas orientan y determinan la investigación que se efectúan en nuestros cinco departamentos académicos, tres centros y tres institutos y que involucra anualmente a un promedio de 40 de unos 150 académicos y académicas.
Los proyectos de investigación se organizan en ocho ejes problemáticos, que articulan las distintas líneas de investigación de departamentos y programas académicos de posgrado, a saber: 1) Pobreza y desigualdad, 2) Justicia socio-ambiental y producción del hábitat, 3) Estudios en Educación, 4) Derechos humanos, género y acceso a la justicia, 5) Estudios sobre democracia y gobierno, 6) Salud y bienestar, 7) Ciencias y, 8) Estudios culturales (Patrón Sánchez, 2019).
“La IBERO Puebla puso a consideración de actores gubernamentales, empresariales y sociales, la Agenda de la reflexión a la acción, que pretende ser un aporte de nuestra comunidad universitaria al proceso de reconstrucción social y cambio político que la entidad tiene la oportunidad de llevar a cabo en los próximos años”, señaló la Directora General Académica.
En este tenor, finalizó destacando los retos que enfrenta la IBERO Puebla: la divulgación del conocimiento científico, la mejora de las condiciones para que las y los investigadores efectúen su trabajo, la articulación de docencia e investigación y el involucramiento de más estudiantes en los proyectos, el financiamiento de los proyectos que garantice autonomía y libertad, y una mayor articulación con los actores públicos, sociales y privados.
Por su parte, el Mtro. Victoriano Covarrubias Salvatori, director del Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de Puebla (CONCYTEP); y la Dra. Carmen de la Peza Cásares, directora adjunta de Desarrollo Científico del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), abordaron el tema relacionado al plan estatal de desarrollo.
Dilemas y retos de la investigación-acción universitaria
La Universidad del siglo XXI está inserta en una realidad desconcertante que nos convoca a revisar nuestros lugares de enunciación y procedimientos de involucramiento, así como aguzar la mirada del entorno. De esta manera, comenzó la Dra. María Eugenia Sánchez Díaz de Rivera, académica de la IBERO Puebla, el panel correspondiente a los retos de la investigación-acción universitaria.
La socióloga explicó que, en su etapa colonial, las ciencias sociales se dedicaron a la captura del Otro, anunciándolo como el origen del progreso. Posteriormente, las militancias llevaron a la emancipación de la otredad. Finalmente, dijo, llegamos a la etapa de la descolonización, cuyo horizonte se encuentra en un romántico “buen vivir”.
Sánchez Díaz de Rivera consideró que la etapa actual consiste en ciencias sociales desde la perspectiva de la incertidumbre: “la realidad es más difícil de transformar de lo que pensábamos”. La horizontalidad, agregó, manifiesta inevitablemente que existen asimetrías de poder.
Para la Dra. Marcela Ibarra Mateos, secretaria de Bienestar del Municipio de Puebla, la idea de investigación-acción es un planteamiento ético de una forma de ser por parte de quienes la ejercen, tanto en su ejecución como en su divulgación. “La investigación como vivencia nos hace ser parte de ella y, con ello, uno se transforma”, indicó.
Entre los desafíos, identificó que la estructura universitaria que debe construirse tiene que vincular a diferentes actores y perfiles particulares de investigadores e investigadoras. Indicó también la necesidad de establecer compromisos con los profesores y sus tiempos de trabajo, así como fortalecer el trabajo multidisciplinar e identificar afinidades con actores externos.
En complemento, la Dra. María Eugenia Ibarrarán Viniegra, directora del Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente Xavier Gorostiaga, S.J. (IIMA), enumeró algunas de las problemáticas que viven las academias, como el exceso y fragmentación de publicaciones, los errores de los trabajos, la evaluación en campo, las líneas institucionales de trabajo y la multiplicidad de tareas ajenas a la disciplina central.
Como propuesta, Ibarrarán Viniegra reivindicó el papel de las y los científicos como personas que trabajan a un ritmo distinto al de los productores de contenido. “Históricamente, la ciencia es lenta: requerimos tomarnos nuestro tiempo para pensar, leer, madurar ideas, fallar y volver a empezar”, añadió.