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Los tiempos que estamos viviendo actualmente confirman de forma innegable la frase “la vida cambia en un segundo”. La pandemia del COVID-19, que hace un par de semanas se veía lejana y poco probable, de la noche a la mañana se convierte en nuestra realidad. Una realidad que reconfigura la continuidad operativa de la empresa e incluso la pone en riesgo.
Estamos operando en terrenos inciertos. El panorama en el ámbito económico y financiero mundial se vislumbra gris: decrementos abruptos de las bolsas de valores cuya expectativa de recuperación en este año no es probable y estimaciones de disminución del PIB mundial de -0.5 por ciento de acuerdo a JP Morgan. Para nuestro país, los pronósticos son aún más alarmantes. En México, la expectativa de disminución para este año ronda entre -1.6 y -6.5 por ciento de acuerdo a distintas instituciones como Moodys, JP Morgan, Bank of America o Goldman Sachs y es acompañado de una baja en la calificación crediticia de la deuda soberana.
Ante este escenario inédito, la forma en la que responde la empresa ante este nuevo contexto será vital para su sostenibilidad presente y posicionamiento futuro. He aquí algunas ideas hechas por referentes en estrategia corporativa y emprendimiento nivel mundial.
Resiliencia. Este concepto comúnmente utilizado por emprendedores cobra total vigencia en estos momentos. La resiliencia es la actitud y aptitud que toma la empresa para continuar operando frente a la adversidad. Esta le permitirá desarrollar recursos que tiene y que hasta este momento desconocía. Las crisis y situaciones inesperadas son oportunidades para descubrir estas nuevas capacidades.
Enfoque efectual – Acción. Esta palabra viene del paradigma emprendedor desarrollado por Saras Sarasvathy. Este enfoque desafía a la orientación tradicional aplicable en épocas estables, donde las acciones son definidas por objetivos predeterminados y recursos preestablecidos. En este tiempo incierto, la lógica efectual propone un enfoque orientado a la acción inmediata que pone a prueba la agilidad de los administradores para corregir rumbos en pleno vuelo y en forma simultánea poner en marcha planes de contingencia. La acción pasa de ser lineal, impulsada por la inercia, a ser cíclica. Una gestión activa atenta en todo momento al entorno, que revalora continuamente el inventario de los elementos diferenciadores con los que se cuenta para solventar las dificultades y al mismo tiempo incrementa la visión para capitalizar nuevas oportunidades.
Innovación y creatividad con empatía. En los contratiempos es donde surge la necesidad y la oportunidad de sacar lo mejor de sí. Definitivamente serán tiempos difíciles, pero sigue estando dentro del control de la organización que sean fructíferos. Los ajustes necesarios, además de oportunos, requieren ser creativos: con nuevas maneras de pensar y operar, que sean precursores de iniciativas que rompan paradigmas y que ayuden a descubrir y generar nuevas potencialidades. Serán estos los cimientos que ayudarán a la empresa a sobrellevar la tempestad y fundamentarán el futuro.
Todo esto es través de un compromiso solidario con los distintos grupos de interés: empleados, clientes y proveedores. El trabajar en conjunto ante la crisis reducirá el nivel de incertidumbre y permitirá generar confianza y lealtad.
A continuación, resumo algunas de las guías de acción que toda empresa debe considerar para enfrentar esta crisis:
• Establecer un tablero de monitoreo y control central que permita evaluar los riesgos y definir acciones de pronta respuesta.
• Implementar un sistema de comunicación interno directo y simple. Todos los colaboradores de la organización deben tener claro cuál es el objetivo y las variables críticas que son requeridas para lograrlo.
• Cuidar el talento. El activo más valioso de la empresa no se refleja en un estado financiero sino las personas que colaboran en ella. Una organización empática y solidaria refleja que su propósito es meritorio y por lo tanto vale la pena luchar por su continuidad.
Las adversidades generan retos. Estos son el motor que dispara la creatividad que conlleva el descubrimiento y adquisiciones de nuevos recursos y capacidades que dan la oportunidad de salir fortalecidos ante épocas cambiantes. Hoy más que nunca sigue vigente lo que enunció Charles Darwin (1803-1882) hace más de un siglo: No sobrevive el más fuerte o el más inteligente, sino aquel que sabe adaptarse al cambio. El futuro inmediato nos brinda la oportunidad de llevarlo a cabo.
La autora es Profesora del Departamento Académico de Contabilidad y Finanzas, Región Norte, Escuela de Negocios.
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