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Las cadenas de distribución alimentaria vienen afrontando las consecuencias de la pandemia de coronavirus adoptando medidas cada vez más específicas que proporcionen la mayor seguridad posible a sus empleados mientras dure esta crisis.
Como os estamos informando estas semanas, una de las primeras que se implantó fue la modificación horaria de los establecimientos. Mercadona, por ejemplo, que inicialmente decidió cerrar una hora y media antes de lo habitual, ha acabado por rebajar otros 60 minutos el cierre de sus tiendas, con lo que su horario abarca de 9 a 19 horas.
Carrefour, Alcampo, Lidl, Aldi, Caprabo, los supermercados de El Corte Inglés o Sánchez Romero también han seguido esta pauta y han limitado los horarios de sus centros. Hay casos, como el de Ahorramás, que ha decidido también cerrar al mediodía, en concreto de 15 a 17 horas. O Plusfresc, que cierra los sábados por la tarde para que descanse su plantilla.
Sánchez Romero ha dado un paso más allá y ha puesto a disposición de los más de 400 empleados de sus tiendas, 1.000 test rápidos de anticuerpos de detección del Covid-19 para ser utilizados, voluntariamente, con el fin de prevenir y evitar cuarentenas innecesarias.
MAMPARAS Y CONTROL DEL AFORO
Además, con el paso de los días buena parte de las cadenas han instalado mamparas de metacrilato en sus líneas de caja con el fin de proteger a su personal y, al mismo tiempo, a los clientes. La primera en hacerlo fue Carrefour y luego se fueron sumando Mercadona, Sánchez Romero, Plusfresc, Eroski, Aldi, Supersol o Consum, entre otras. Además, muchas han optado por abrir cajas alternas para evitar al máximo el contagio.
Asimismo, enseñas como Lider Aliment (del Grupo Spar), Mercadona o Carrefour han puesto vigilantes de seguridad en los establecimientos que lo necesiten y personal de apoyo para ayudar a la fluidez de la circulación en los aparcamientos de sus tiendas. Esta ultima enseña, incluso ha movilizado 900 efectivos en limpieza y desinfección. La compañía ha empleado 600.000 litros de material desinfectante especial y ha limpiado más de dos millones de metros cuadrados.
Desde el principio de la cuarentena, se ha estado controlando el aforo de las tiendas y los empleados de los supermercados disponen de geles desinfectantes, mascarillas y guantes para realizar su trabajo de la forma más segura posible.
De igual modo se han extremado las medidas de higiene, tanto de los establecimientos como por lo que respecta a la manipulación de los alimentos. Además, prácticamente todas las cadenas obligan a día de hoy a los clientes a acceder con guantes a los supermercados y aunque muchos lo hacen también con mascarilla, de momento no existe esta obligatoriedad.