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El ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha asegurado este lunes que el Gobierno de España garantiza que «en ningún caso» el sector del aceite de oliva se va a ver obligado a poner una etiqueta «contraria a una evidencia científica como es que el aceite es bueno para la salud», en referencia a la intención del Ejecutivo de imponer el polémico etiquetado Nutriscore, que califica a los alimentos por sus grasas sin tener en cuenta otros beneficios, por lo que penaliza al aceite de oliva y ha puesto en pie de guerra al sector contra una nueva medida del Gobierno en contra de agricultores y productores.
En una entrevista a la televisión autonómica andaluza Canal Sur, Garzón ha destacado que «no puede haber ninguna etiqueta que diga que es malo». En este sentido, el líder comunista asegura que uno de los ejes de su departamento es el de incentivar y promover la dieta mediterránea, que tiene en el aceite de oliva uno de sus ingredientes fundamentales.
Esto no quiere decir que el Gobierno no vaya a seguir adelante con el polémico etiquetado así como con su persecución impositiva a los productos que el Ministerio considera ‘poco saludables’. Alberto Garzón insiste en que el sistema Nutriscore, es «un sistema de etiquetado que resume en una información gráfica, un semáforo, ciertos componentes nutricionales para estimular que el consumidor, cuando llega a un supermercado, pueda ver de una forma muy sencilla y accesible qué consumo es más saludable y cuál menos».
Un empeño que no se entiende desde la industria. Felipe Medina, de Asedas, ha aplaudido la marcha atrás de Alberto Garzón pero se pregunta «por qué hay que aplicar un sistema elaborado fuera de nuestras fronteras y en cuyo diseño España no ha podido influir u opinar y, además, una año antes de que la Unión Europea adopte uno común». ¿A qué viene tanta prisa por parte del ministerio?
Lo aplaudo. Pero lo mismo cabe una reflexión sobre por qué aplicar un sistema elaborado fuera de nuestras fronteras y en cuyo diseño España no ha podido influir u opinar y, además, una año antes de que la Unión Europea adopte uno común, en cuyo diseño deberíamos star centrados. https://t.co/ZaxjE6EOwM
— Felipe Medina (@felipemedmar) February 8, 2021
El titular de Consumo, además, reconoce que ese sistema «no es perfecto, y tiene un déficit en aquellos productos que sólo tienen un ingrediente, como el aceite de oliva». Por eso anuncia que el Gobierno, ha llegado a un acuerdo con las distribuidoras para que el aceite de oliva no se vea perjudicado en ningún caso y no esté obligado a poner un etiquetado que pueda suponer «una desinformación», ha asegurado.