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A diferencia de la gastronomía y las galerías, los centros comerciales siguen sin luz verde para volver a operar. Estalló la vacancia por la inactividad
Los centros comerciales siguen protagonizando la peor de las películas de terror. Cerrados desde que volvió a endurecerse el confinamiento, a diferencia de la gastronomía o las galerías comerciales siguen sin permiso oficial para volver a abrir sus puertas. Ya a un paso del Día del Padre, una de las tres fechas clave para la venta anual –junto con el Día de la Madre y Navidad–, el sector navega en la incertidumbre mientras los números económicos no dejan de agravarse.
En ese sentido, fuentes de la CASC, la cámara que integra a los shoppings del país, aseguraron a iProfesional que tan sólo una de las grandes administradoras del rubro ya enfrenta un piso de pérdidas mensuales del orden de los 1.000 millones de pesos por efecto del último cierre impuesto.
Desde la entidad señalaron, además, que la vacancia de locales ya empata los peores números del año pasado y se encamina al peor récord en esta instancia de la pandemia.
A estos guarismos que exponen las dificultades que atraviesan los emprendimientos hay que añadirle otra mala novedad: la Justicia rechazó el amparo elevado por los centros comerciales durante la segunda mitad de abril, pronunciándose a favor de la decisión oficial de no permitir la actividad en esos espacios.
Hace algo más de un mes, la CASC presentó el recurso ante el Juzgado Contencioso Administrativo Federal N°6 exigiendo la reanudación de la actividad. El pedido en cuestión contó con el respaldo de IRSA y Cencosud, dos de los principales operadores de shoppings de la Argentina.
Asimismo, Recoleta Mall, El Solar y Devoto, son otros de los emprendimientos que elevaron una medida judicial con el mismo pedido. Los centros comerciales proponían una reapertura con limitación horaria y el establecimiento de un aforo para evitar las aglomeraciones. A nada de esto hizo lugar el ámbito judicial.
«El juzgado rechazó el recurso de amparo y ahora estamos en la instancia de apelación. Para la Justicia el cierre está justificado por el hecho de que estamos en pandemia. Nosotros expusimos distintos argumentos, entre ellos por qué no tenemos las posibilidades con las que sí cuentan las galerías comerciales», comentó a iProfesional Mario Nirenberg, gerente general de la entidad.
«El magistrado interviniente dio crédito a lo que expone el Poder Ejecutivo. En nuestro caso, incluso nos referimos a la vigencia de un DNU para mantenernos cerrados siendo que la situación debería tratarse en el congreso. Es un desgaste enorme todo este proceso, pero seguiremos apelando», agregó.
Nirenberg remarcó que «los locatarios no dejan de fundirse» con el correr de las semanas. Sostuvo que una situación similar atraviesan los complejos de cines y los espacios de entretenimiento dentro de los shoppings.
«La falta de recaudación por los alquileres que no se están cobrando vienen generando una pérdida de miles de millones de pesos para las dueñas de los centros comerciales. Ni siquiera hay indicios de que habilitarán la modalidad del ‘take away’», afirmó.
Vacancia acelerada
El directivo definió como «incierto» el futuro de los shoppings si no flexibiliza la restricción. Nirenberg reconoció que el segmento es víctima de una nueva ola de desocupación de locaciones.
«El año pasado hablamos de una vacancia del orden del 25 por ciento. Logramos que se reduzca al 10, 12 por ciento y eso por efecto de los ATP y la decisión de los shoppings de flexibilizar el pago de expensas. Ahora, si esto se sigue prolongando, ese 25 por ciento quedará chico. Vamos a hablar de un porcentaje de vacancia muy superior», anticipó.
Hasta el más reciente endurecimiento del confinamiento, los niveles de ventas que venían exhibiendo los shoppings de Capital Federal tras el retorno del año mostraban a la recesión como otro gran enemigo a vencer.
El directivo sostuvo que las ventas crecieron 11 por ciento durante febrero –versus igual mes pero del año pasado–, aunque volvieron a caer en el transcurso de marzo. En abril se profundizó la tendencia negativa.
El segmento de los centros comerciales sufrió, sólo durante el primer año de pandemia, pérdidas por 1.200 millones de pesos en concepto de expensas impagas, lucro cesante y alquileres no cubiertos.