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Luego de que entrara en vigencia, en diciembre del 2021, la norma que prohíbe la producción, comercialización e importación de recipientes de tecnopor, el ingreso de envases biodegradables ha crecido cuatro veces en el primer trimestre del 2022, respecto a similar período del año anterior, y marca un récord.
De acuerdo con cifras de ComexPerú, el volumen que ingresó de envases ‘más amigables con el ambiente’ casi alcanzan las 131 toneladas entre enero y marzo de este año, una cifra no registrada en los primeros trimestres de los últimos cinco años. Significó, además, un incremento en 271.15% si se compara con enero-marzo del 2021.
Detrás de esta gran importación está la industria local que tras el veto al tecnopor, todavía no han podido sustituir completamente sus máquinas para la fabricación de poliestireno expandido biodegradable. La tecnología recién llegaría para el segundo semestre de este año.
Entonces, “se ha producido una sustitución (del envase de tecnopor) con lo que hay disponible a nivel internacional, que son envases a base de poliestireno de almidón de papa o caña de azúcar y otros, que están dentro de la corriente de lo que se denomina biodegradable”, menciona Eduardo del Campo, gerente general de Tecnipack y presidente del Comité de Plásticos de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI).
Frutas como el arándano y las fresas en la agroexportación, así como el delivery y restaurantes en el sector servicios, son de los rubros que más demandan envases a nivel nacional. Sus requerimientos están siendo cubiertos con recipientes que cuestan entre cuatro a cinco veces más caros por el costo de flete de importación, dice del Campo.
“La industria, de forma limitada, sigue produciendo envases de ‘tecnopor’ pero para la exportación porque eso no está prohibido; nuestro principal mercado es Bolivia, sin embargo, ese producto ingresa otra vez al Perú como contrabando. Está pasando en las zonas de frontera como Puno y Tumbes porque los negocios más pequeños no tienen capacidad para sustituir sus envases por otros más caros. El problema es que nadie realiza una fiscalización”, dijo.
De acuerdo con el Ministerio del Ambiente (Minam), la parte de comercialización y entrega de envases está a cargo de los gobiernos locales (municipalidades); mientras que, de supervisar la fabricación, está a cargo el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA). Asimismo, la Sunat fiscaliza la importación.
Mercados origen
Durante todo el 2021, el 100% de las importaciones de envases biodegradables que llegaron a Perú fueron procedentes de China (183 toneladas). Un año antes -en plena pandemia y auge del delivery-, China, Taiwán y Estados Unidos cubrieron la demanda nacional.
Sin embargo, durante el trimestre de análisis (enero-marzo 2022), Bolivia comenzó a destacar como el segundo proveedor para Perú, solo después de China, con 11,660 kilogramos de envases, contenedores, platos, bowls, entre otros artículos similares, a base de pasta de celulosa, de papel o cartón. Bolivia no había figurado en el registro durante los últimos cuatro años.
Del Campo es cauteloso en su análisis. Y es que hasta este año, no se sabía mucho de una posible industria boliviana naciente de empaques biodegradables, aunque en el 2020 se dio a conocer la existencia de las empresas Loverpress, Inbopack y Ecophuku como comercializadoras de envases y empaques biodegradables pioneras en ese país.
“Hoy el que producía 100% envases de ‘tecnopor’, produce solo al 20% para exportarlo, antes había envíos, pero casi todo lo absorbía el mercado nacional. Esperamos, sin embargo, que en cuanto lleguen las máquinas todo se regularice”, finalizó.