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Inditex vivió en 2019 su mejor ejercicio, pero la crisis del coronavirus amenaza con dar la vuelta a la situación en 2020. La firma textil gallega superó de nuevo su récord de ventas, con 28.286 millones de euros, un 8% por encima del año anterior, y de beneficios, con 3.639 millones, un 6% más. Pero esta cifra habría sido de 3.855 millones, un crecimiento del 12%, de no haberse visto la empresa obligada a provisionar 287 millones de euros en vista de la caída de ventas en la campaña primavera/verano de este año debida a la pandemia. Además, ha decidido aplazar la distribución de dividendos con cargo a los resultados de 2019 y decidirá qué hacer un consejo de administración anterior a la junta de accionistas del mes de julio.
Por primera vez en su historia, la cadena que dirige Pablo Isla ha decidido dejar en el aire el pago del dividendo a sus accionistas, lo que da idea de la magnitud de la crisis del coronavirus. Así, según ha informado el grupo gallego, considera que “no se dan, en el momento presente, las condiciones necesarias para tomar la decisión adecuada sobre el reparto del dividendo”, por lo que decide destinar “a reservas la totalidad de dicho resultado y remitir, a un posterior Consejo de Administración previo a la Junta General de Accionistas que tendrá lugar el próximo mes de julio, la propuesta definitiva a la Junta General sobre dicho reparto”.
Un dato explica esa previsible caída de ventas: hoy por hoy, el grupo, que cuenta con 7.469 tiendas, mantiene cerradas 3.785 en 39 mercados. Es decir, la mitad de sus locales no está produciendo y se mantendrán así durante algún tiempo. “El Grupo ha ido incorporando y aplicando los procedimientos requeridos por las autoridades sanitarias en todas las áreas donde opera, y va a seguir en permanente colaboración con ellas”, afirma el gigante textil gallego en su nota de resultados. Así, durante el periodo que va del 1 de febrero al 16 de marzo las ventas decrecieron un 4,9% respecto al mismo periodo del año anterior, caída que se desplomó al 24,1% en la primera quincena de marzo. Entre las buenas noticias, el grupo señala que la venta online y la cadena de suministro funcionan con normalidad y en China, donde se originó la pandemia, el grupo ya ve la luz al final del túnel y solo tiene 11 tiendas cerradas de 577.
Ante la magnitud de la crisis, la dirección de Inditex, dueña de las marcas Zara, Massimo Dutti o Pull & Bear, ha decidido provisionar 287 millones “en la línea de margen bruto de la cuenta de pérdidas y ganancias consolidada (que pasa de 16.093 millones a 15.806), para ajustar al valor neto de realización estimado del inventario de la campaña primavera/verano a 31 de enero de 2020 impactado por la pandemia Covid-19.
Récord de ventas y beneficios en 2019
En todo caso, Inditex parece suficientemente pertrechada para hacer frente a las consecuencias de la pandemia. En el ejercicio 2019 (su año fiscal va de 1 de febrero a 31 de enero), el grupo elevó las ventas un 8%, superando las previsiones de los analistas, hasta los 28.286 millones, alcanzando un beneficio neto de 3.639, un 6% más. Las ventas comparables crecieron un 6,5%, ligeramente por encima de la horquilla del 4-6% que la empresa se marcó como objetivo. Un 14% de las ventas, 3.900 millones, llegaron por internet, canal que registró un crecimiento del 23%. Las ventas crecieron en todas las marcas y en todos los mercados. En España, su principal mercado, las ventas crecieron un 4,6% en 2019. Hoy por hoy, sus cerca de 1.500 puntos de venta en el país están cerrados sin fecha de apertura.
El grupo asegura que esos resultados y “la extraordinaria solvencia de la compañía” (acabó 2019 con una posición financiera neta de 8.060 millones, un 20% más) le permiten “afrontar con garantías 2020” pese a la pandemia, cuyos efectos, señala aún es pronto para cuantificar. “Inditex manifiesta una confianza total y absoluta en el modelo de negocio de la compañía, gracias a la flexibilidad y adaptación en su toma de decisiones y a todas las personas que forman la Compañía”, afirma.