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Las perspectivas de Scope para el sector ya eran negativas para 2020 incluso antes de que el brote de coronavirus se propagara de China a Europa. Por tanto, el confinamiento de una gran parte de la población de Europa en sus hogares y el cierre forzoso de comercios llega en un momento difícil para muchas empresas.
«La sólida capacidad de distribución online está resultando crucial para determinar qué minoristas pueden adaptarse al rápido cambio en las compras online que ha traído consigo la crisis de salud pública», dice Adrien Guérin, analista de Scope.
El más afectado: el sector no alimentario
«Las perspectivas de crédito de las empresas más vulnerables – vendedores minoristas del sector alimentario – dependerán fundamentalmente del grado de apoyo de los gobiernos, los propietarios de establecimientos comerciales y los bancos», afirma. Los minoristas con tiendas físicas se enfrentan a costes fijos sustanciales, como los alquileres, con pocos o ningún ingreso para cubrirlos. Varios gobiernos de la UE han prometido pagar una proporción significativa de los salarios del personal que ya no puede trabajar. Los gestos comerciales de los propietarios de bienes inmuebles, como ha sugerido la asociación de minoristas alemanes Handelsverband Deutschland, pueden ser necesarios para evitar el incumplimiento de los convenios e impagos, dice Guérin.
Por ahora, el sector no alimentario es uno de los más afectados por la crisis sanitaria. Los ingresos diarios del sector a nivel europeo se han reducido a la mitad y los minoristas de Alemania, la mayor economía de Europa, están perdiendo 1.000 millones de euros al día, según la asociación industrial EuroCommerce.
«El impacto en este sector es particularmente grave: el cambio a largo plazo hacia las compras por internet y la ralentización del crecimiento en Europa ya había creado una intensa presión financiera, sobre todo en el Reino Unido, pero también en otras partes de Europa occidental», explica Guérin. El riesgo de que las empresas quiebren es real, añade. La marca inglesa de ropa y mobiliario para el hogar, Laura Ashley, y la tienda de moda alemana de venta por catálogo SØR se encuentran entre las primeras víctimas comerciales de la pandemia.
El personal de los centros comerciales – que antes confiaban en compensar el descenso de la actividad con ingresos procedentes de otros servicios, como cines, cafeterías y tiendas de venta por correspondencia – se enfrentan a una amenaza a largo plazo para su estrategia comercial si el «distanciamiento social» se convierte en la norma hasta que la pandemia esté bajo control. «El Covid-19 anula los beneficios de los gastos de capital en el denominado ‘retailtainment’ que los empresas de centros comerciales han realizado en los últimos años», dice Guérin.
La situación es diferente para los minoristas del sector no alimentario que ofrecen sus productos online -los llamados minoristas omnichannel- ya que la pandemia ha desplazado, de manera forzosa, enormes volúmenes de compras a Internet. Por ejemplo, FNAC Darty SA (BBB-/Stable), minorista francés de bienes de consumo, está asegurando a los clientes que su tienda online, el servicio de entrega y los centros de atención telefónica funcionan en su mayor parte con normalidad, mientras sus tiendas están cerradas. El comercio electrónico posiblemente compensará a estas empresas una parte significativa de la pérdida de ingresos de sus tiendas físicas.
En cambio, el personal de supermercados se encuentra en una posición menos preocupante. En este sentido, los gobiernos están decididos a asegurar que la población en cuarentena pueda comprar de manera habitual alimentos y otras provisiones.
¿Se mantendrán las cadenas de suministro?
«Surgen dos preguntas», dice Guérin. «¿Llevará la pandemia a cambios a largo plazo en los hábitos de compra, más allá del aprovisionamiento inicial – y a veces a compras por pánico – mientras prevalecen los confinamientos?; ¿Y se mantendrán las cadenas de suministro? «La pandemia está empujando más compras de alimentos hacia el formato de «clic y recoger», explica Guérin. «La mayoría de los minoristas de alimentos suelen generar sus ingresos fomentando la compra de productos complementarios o no esenciales, pero ahora los clientes pueden centrarse exclusivamente en los productos esenciales», dice Guérin.
Las cadenas de suministro del sector minorista se enfrentan a la tensión de una tendencia, posiblemente a largo plazo, de comprar a granel conforme la pandemia afecta a aquellos que trabajan durante la crisis en almacenes, empresas de transporte y supermercados, puntualiza.
Es probable que la pandemia consolide el dominio de los principales operadores online, en particular Amazon.com, que anunció el 16 de marzo que contrataría 100.000 nuevos empleados y aumentaría los salarios por hora del personal de los almacenes y del servicio de entrega en América del Norte, el Reino Unido y la UE. Walmart Inc., la firma más grande del mundo en cuanto a venta minorista en tiendas físicas, también adelantó que contrataría a 150.000 trabajadores temporales a medida que la competencia se intensifica en el segmento de la entrega en línea.