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En sus dos años de operación el crecimiento de Muncher ha sido exponencial. La compañía, que hoy está en Colombia y México, cuenta ya con 250 cocinas en marcha y ha pasado de 3.000 pedidos al mes en abril de 2019 a sus actuales 30.000. Y sus objetivos son consolidarse en los dos países, empezar con fuerza en el mercado peruano y alcanzar las 800 cocinas.
En términos de pedidos, la previsión es llegar a 100.000 al mes. Para finales de año, además, esperan entrar en el mercado brasileño y que hoy es el mayor en delivery de comida de la región, con ventas por US$ 21.060 millones en 2020 (frente a US$ 41.518 millones de la región), según Euromonitor International.
Y para lograrlo cuenta con el capital de su última ronda de financiamiento, en la que recaudó US$ 22 millones, de fondos de inversión como TMT Investment, Copernion y el venture capital del grupo mexicano Femsa, Femsa Ventures. “Este es un negocio de inversión de bienes de capital (Capex) intensivo. Gran parte de la cantidad de capital que se necesita para este tipo de negocios es para construir [las cocinas]. […]. Estamos muy contentos con que haya entrado Femsa Ventures porque realmente son un smart capital, que aporta mucho más que capital”, dice Juan David Jaramillo.
Uno de los desafíos a los que se enfrenta la compañía en su crecimiento, es conseguir espacios donde ubicar sus cocinas en contenedores para alquilar. Pero con la pandemia –según Jaramillo– se liberaron muchos espacios a los que antes no tenían acceso. Los párkings, por otro lado, que suponen espacios abiertos que ofrecen la posibilidad de situar sus contendores, están siendo importantes aliados en su expansión. “A nivel regional pueden haber más de 10.000 párkings y cada uno de ellos es una oportunidad para nosotros”, dice el ejecutivo.
El CEO de Muncher asegura que no compiten con el retail, cuyas empresas buscan lotes con características muy específicas, por localizaciones. Al fin y al cabo el armar sus espacios con contenedores les da flexibilidad. “Podemos armar como un “tetris” y acomodar los espacios de muchas formas. Hay muchos lotes que nos funcionan, no necesariamente uno específico”, detalla.
Una vez que ha crecido el número de cocinas en el mercado, la apuesta de la compañía es desplegar sus marcas propias: Franco Cocina Honesta (de cocina mediterránea), Nimi’s Shawarma & Falafel, Oh My sándwich y Mooi Heladería, cuyos envíos se procesan a través de Rappi y su propia plataforma. Se trata de marcas que, según Jaramillo, siempre están entre las tres más pedidas de sus categorías en Rappi y que planean desplegar en el resto de países. En México empezarán a operar el próximo 15 de julio y en Perú en febrero de 2022.
De hecho, el mercado peruano fue uno de los que más creció en comidas enviadas a domicilio en 2020 en América Latina (370%), pasando de ventas por US$ 242,3 millones en 2019 a US$ 1.139,2 millones el año pasado, según Euromonitor. “Perú y Argentina crecieron mucho en cuanto a participación del delivery en ventas sobre todo el food service, pero porque ambos tuvieron muchos meses de cuarentena. Los países más grandes hoy son Colombia y Brasil, donde hay una penetración de delivery apps súper consolidada”, dice Rocío Guzmán.
“Vamos a ver si logramos adelantar el inicio en Perú. El tema es que siempre el negocio de real estate es mucho más sencillo. Entonces, va habiendo footprint y marcas que van llegando después”, dice.
Si bien se mueven en una industria nueva e innovadora, Juan David Jaramillo recalca que sus líneas de negocio: real estate y restaurantes, son tradicionales lo cual les permite determinar fácilmente cómo van a llegar a la rentabilidad. “Si miras a Muncher a nivel de margen de contribución, es decir, lo que contribuye cada proyecto de real estate y cada cocina, es positivo. Lo que pasa es que la estructura que necesitamos para apalancar el crecimiento continuo hace que la empresa no sea rentable. Si en algún momento la compañía ve que el mercado está llegando a un punto de maduración, frena ese proceso de crecimiento continuo tan acelerado y empieza a dejar madurar el negocio. En ese momento el negocio se vuelve rentable”, dice el ejecutivo.
Ese punto en el que el mercado esté más maduro y sin embargo, para Jaramillo, está lejos en una industria que ha dado sus primeros pasos. “Las dark kitchens son un mercado muy interesante para crecer, junto con las delivery apps”, concuerda Rocío Guzmán.
Según Statista, la industria de cocinas ocultas suponía en 2019 US$ 43.100 millones a nivel global y en 2027 facturará US$ 71.400 millones. Y Muncher, sin duda, parece dispuesta a llevarse una buena porción del mercado latinoamericano.