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Las grandes ciudades y su ritmo tan acelerado han cambiado los hábitos gastronómicos y de ocio. La pandemia y el cierre de la hostelería al público ha hecho que los negocios se lancen a la comida a domicilio como un recurso imprescindible. Y el fenómeno conocido como dark kitchen (cocina fantasma) se establece para modificar el modelo gastronómico tradicional: es ya un negocio que mueve 740 millones de euros sólo en España y, según datos de JustEat, este 2021 superará los 900 millones, y los 1.300 millones en 2023.
Y es que el sector va encaminado, sin duda, hacia esta nueva modalidad. «Estamos en datos de crecimiento en el entorno del 65% anual«, precisan al respecto fuentes del centro de formación gastronómica online Barcelona Culinary Hub.
ASÍ FUNCIONAN LAS DARK KITCHENS
Estas cocinas o restaurantes fantasma, donde no hay mesas ni camareros y no se puede ir a comer allí físicamente, preparan los platos que después se reparten a domicilio. Esto supone un cambio y evolución en el modelo de negocio de la hostelería. Y también, un importante paso adelante en el sector de la comida a domicilio. Desde su invención no han dejado de crecer y cada vez son más los locales que se suman a esta tendencia.
El concepto de las dark kitchens nació hace un par de años en Inglaterra a causa del elevado coste de los alquileres de negocios en la capital británica. Son cocinas que suponen un nuevo sistema de comercio electrónico donde el cliente adquiere sus productos, en este caso sus platos, y los disfruta en su casa.
Además, este tipo de negocios cuenta con gran número de ventajas, como la reducción del coste de mesas o vajillas (ya que no hay clientes físicos en el local); se produce un refuerzo muy importante en la logística de entregas a domicilio pudiendo optimizar más todos los procesos; o, por último, al haber reducido los gastos generales en el local, se puede bajar el precio de los platos haciendo un menú más económico.
UN ROL PROTAGONISTA
Como reconocen los expertos, en 2021 este modelo de negocio tendrá «un rol protagonista» porque ayuda a los restaurantes a expandir su servicio de entrega a áreas que antes no tenían cubiertas, diversifica la forma en que venden y sirven a los clientes, mejora la eficiencia de los que en su propio local están saturados con tantos pedidos a domicilio, centraliza y estandariza la producción de alimentos al utilizarlas como cocina central, crea marcas virtuales y llega a más clientes a un coste menor.
Un ejemplo concreto de compañía que ha dado el salto a este modelo de negocio es el grupo Beer&Food, propietario de Tony Roma’s y Gambrinus, entre otras marcas, que ha apostado por este concepto con la presentación de su nueva División de Dark Kitchens & Virtual Brands. La empresa ha avanzado en esta línea con la apertura de sus dos primeras dark kitchens franquiciadas en España, situadas en Salamanca y Logroño.
Esta firma ha creado un portfolio de más de 10 marcas virtuales, que operan exclusivamente en el canal delivery: California Chicken, Yankee Burger, Street Burger, Mamá Chicken, Chicken Brothers, Gallito’’s, Chicken On Fire, Burrito Wey, Mamá Burrito, Take a Poké y Ocean Poké. Asimismo, el Grupo ha firmado recientemente un contrato de licencia exclusiva para el canal delivery con la cadena de comida italiana O Mamma Mia.
Otro caso lo encontramos en Valencia, de la mano de Veganum, la primera dark kitchen vegana de la ciudad, que desde hace seis meses busca acercar este tipo de comida a todos los públicos y fomentar su compromiso ético de bienestar animal y reciclaje.