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Lycra encara la recuperación y convierte a Barcelona en un hub europeo de dirección. La compañía, uno de los mayores productores de fibras del mundo e inventor de una de las más populares del planeta, ha nombrado tres nuevos cargos europeos con sede en la ciudad española. Con este nuevo equipo directivo, la empresa, propiedad de la china Shandong Ruyi, encara la recuperación tras el año del Covid-19.
Las oficinas en Barcelona son una herencia de cuando Lycra todavía pertenecía a Dupont, su primer propietario y desarrollador, y se han mantenido con cada cambio de manos. En 2004, Dupont vendió Invista (que engloba Lycra, Coolmax y Tactel, entre otras marcas de fibras sintéticas) a Koch Industries por 4.400 millones de dólares, y esta a su vez traspasó el negocio a Shandong Ruyi en 2017.
Con esta última operación corporativa, Invista cambió su nombre a The Lycra Company para aprovechar la potencia de marca de su fibra estrella. El grupo mantiene su sede central en Wilmington (Delaware), y en Europa tiene oficinas en Estambul, Fránkfurt, Milán, Gloucester (Reino Unido) y Ginebra.
Lycra prevé recuperar este año los niveles pre-Covid y volver a crecer en 2022
En la ciudad suiza se concentra la dirección para todo el mercado europeo y todos los directores de la región habían estados basados allí. Hasta ahora. El grupo acaba de confiar la vicepresidencia de Europa, Oriente Próximo y África (Emea) y el sur de Asia a Alistair Williamson, un veterano de la compañía que está basado en Barcelona.
En la ciudad también trabaja Denise Sakuma, que acaba de ser ascendida a vicepresidenta de marca, márketing y merchandising, e Izaskun Hernanz, que ha fichado como responsable de comunicación para Emea después de una amplia trayectoria en Asics. En total, Lycra emplea a ocho personas en sus oficinas en Barcelona.
Según las últimas cuentas depositadas en el Registro Mercantil, la filial española de Lycra cerró el ejercicio 2019 con una facturación de dos millones de euros, frente a los 1,7 millones del año anterior, y un resultado neto de 108.959 euros, casi el doble que en 2018.
La empresa descarta dar datos de 2020, pero Williamson reconoce que fue un año “muy difícil e impredecible”. Aun así, la compañía pudo beneficiarse en parte del cambio en el mix de producto: mientras las medias, una de sus principales aplicaciones, quedaron fuera de los armarios en 2020, sectores como el deporte y el casualwear ganaron terreno.
La empresa ha mantenido el ‘roll out’ de lanzamientos y ha recuperado proyectos que se habían paralizado por la pandemia
Las medias son clave para Lycra ya que cada par lleva, de media, un 13% de esta fibra, frente al 2% o el 3% de los vaqueros. Además, la Lycra de las medias tiene una mayor sofisticación que cualquier otro producto porque es muy fina y debe ir pegada completamente al cuerpo.
En lo que va de año, el grupo ha registrado “un boom” de la demanda porque “no hay producto en el mercado”, precisa Williamson. “Ahora, toda la producción está en efervescencia porque las tiendas están vacías, la incógnita será qué poder adquisitivo tendrá el consumidor; hay gente que ha ahorrado, pero otra está en una situación precaria”, añade.
En este contexto, el grupo prevé recuperar este año los niveles previos a la pandemia. “Tuvimos muchos proyectos en marcha con clientes que se frenaron durante el confinamiento porque nadie se atrevía, pero vemos que esto ya está arrancando otra vez”, precisa.
Una de las últimas innovaciones de la compañía es Lycra FitSense, una tecnología que aplica las características de la Lycra a un producto pero en formato líquido, lo que permite añadir un extra de refuerzo o compresión de manera mucho más focalizada en la prenda.
El siguiente gran destino del grupo, sin fecha todavía, es el parqué. Antes del estallido de la pandemia, Shandong Ruyi se había marcado el objetivo de sacar Lycra a bolsa en un plazo de tres años. Williamson confirma que el plan continúa sobre la mesa, aunque descarta un horizonte temporal.
Lycra se lanzó al mercado en 1958 y ganó popularidad porque durante años fue la única fibra de estas características que hubo en el mercado, lo que motivó que su nombre, aunque registrado, se use como un genérico para el elastano.
El grupo The Lycra Company engloba hoy también otras marcas como el poliéster Coolmax y Thermolite, el nylon Supplex y Tactel y el elastano Elaspan. Su actual propietario, Shandong Ruyi, es uno de los mayores grupos industriales de textil y ropa de China y controla también el grupo francés Smcp (Sandro, Maje y Claudie Pierlot).