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El ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha asegurado, en relación a la polémica implantación en España del etiquetado Nutriscore y ante las quejas de productores de jamón y aceite de oliva, que todo es una «polémica absolutamente inventada».
El titular de Consumo cree que, a pesar de la polémica fiabilidad de la herramienta, especialmente con determinados productos de un solo ingrediente, que «hay un consenso muy amplio». «Esto es un problema de salud pública y vamos a abordarlo como tal», ha añadido el ministro este miércoles, apenas unos días después de haberse visto obligado a recular y asegurar que productos como el aceite de oliva no estarán incluido en ese etiquetado.
Garzón ha asegurado en que desde el Ministerio de Consumo se está abordando la problemática de la obesidad infantil y la dieta no saludable desde diferentes perspectivas, siendo una de ellas Nutriscore, «una herramienta útil, a nivel internacional, respaldada por numerosos estudios científicos, e implantada ya en países como Francia o Alemania». Además, intenta descargar responsabilidades incidiendo en que se trata de un sistema voluntario, por lo que «si alguna empresa considera que su producto no debería incorporar esa etiqueta no hace que lo haga».
NUTRISCORE «PROFUNDIZA MUY POCO» EN LA INFORMACIÓN NUTRICIONAL
Por su parte, el director del Laboratorio de Biología Molecular, Nutrición y Biotecnología, Andreu Palou, ha abierto este miércoles la segunda jornada del 18º Congreso de Seguridad Alimentaria y Calidad de Aecoc valorando la aplicación de este tipo etiquetas con información nutricional en los alimentos. «La ventaja de Nutriscore es que es un sistema sencillo, pero profundiza muy poco en la información nutricional de los productos», ha señalado.
Palou considera que productos protegidos, como pueden ser las denominaciones de origen, tienen un encaje difícil con sistemas como el de Nutriscore. «Productos como el aceite de oliva o los ibéricos no tienen posibilidades de reformularse, por lo que seguramente deberán excluirse y contar con un tratamiento especial», ha destacado.
El director del LBNB considera que este tipo de etiquetas acaban siendo la principal información nutricional que recibe el consumidor, por lo que acaban sustituyendo los perfiles nutricionales, que incluyen información concreta sobre los componentes y cantidades de los productos. «Nutriscore es una etiqueta muy integradora, pero sus cálculos no son visibles; otros sistemas parecidos, como el semáforo instaurado en el Reino Unido, son más completos, pero quizás redundantes con la propia declaración nutricional». Palou ha concluido valorando que «lo más adecuado es hablar de dietas saludables, más que de alimentos saludables, porque las cantidades y la variedad alimentaria es importante a la hora de determinar cómo afectan determinados productos sobre la salud de las personas».