Telepresencia, teleeducación, mayor gestión telemática de las emergencias públicas, robots en grandes superficies industriales… La innovación en este tipo de servicios está empezando a dar un salto cualitativo, casi como una botella de cava a punto de ser descorchada. Hasta ahora, había un tapón en ese desarrollo. Pero el despliegue de la red 5G permite liberar ese potencial todavía latente.
Lo explica Carlos Jesús Bernardos, vicepresidente de 5TONIC, un laboratorio de innovación en tecnologías fundado por Telefónica e IMDEA Networks que, situado en Leganés (Madrid), se ha convertido en una referencia en toda Europa: “5G no es 4G más uno”. Se despliega por quinta vez una red de telecomunicaciones, sí, pero a diferencia de sus predecesoras no se trata fundamentalmente de un salto técnico, como el aumento de la velocidad de transmisión de los datos o mejor cobertura. Es un cambio de paradigma. “La red deja de ser una mera vía de transporte de información y pasa a ser un agente activo”, dice Bernardos. Con el 5G, los datos que se están transmitiendo también se pueden gestionar junto a la propia red gracias al edge computing o computación en el borde: sin necesidad de cables ni dispositivos con alta capacidad de procesamiento, se monitoriza y optimiza la información al borde de la propia red, reduciendo la latencia de la información a lo imperceptible.
Otra diferencia fundamental es que el 5G permite técnicamente la conectividad permanente de muchos más aparatos que sus predecesoras, abriendo la puerta al internet de las cosas. El resultado de todos estos avances es un “entorno de fiabilidad” tan alto que permite la gestión en la red de servicios tan críticos como las emergencias públicas o las redes ferroviarias. O, directamente, nuevos servicios que hasta hace poco solo eran material para la ciencia ficción, como los coches sin conductor.
Programa piloto con el SAMUR y los bomberos de Madrid
Hay casos de uso realmente llamativos. Por ejemplo, uno de los programas piloto sobre 5G que han desarrollado en 5TONIC, en colaboración con el SAMUR de Madrid y el cuerpo de bomberos de la ciudad, demuestra cómo detectar e intervenir ante un infarto sin necesidad de que se produzca un aviso a la central de operaciones.
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