La logística urbana se ha consolidado como uno de los grandes desafíos, en particular tras el auge del e-commerce provocado por la pandemia del coronavirus.
En ese sentido, la última milla representa más del 50% de todos los costes de envío. Este dato se incrementa en negocios B2C, cuando el cliente demanda muchos pedidos de pocas unidades, lo que dificulta el transporte de mercancías.
De hecho, hay que tener en cuenta que la última milla logística no solo engloba el precio del transporte ―combustible, vehículo y transportista―, sino también el coste de almacenaje, el trabajo de los operarios que han preparado y consolidado el pedido y la implementación de un software para garantizar el envío sin errores.
PRINCIPALES TENDENCIAS DE LA LOGISTICA URBANA
Acercamiento de la logística a los principales nudos de comunicación: las empresas optan por situar sus centros logísticos y de distribución cerca de las grandes urbes para ofrecer entregas rápidas y eficaces. Algunas compañías disponen de centros de gestión de logística inversa para asegurar la devolución en el menor tiempo posible.
Creación de centros de consolidación de cargas (UCC): este tipo de centros logísticos optimizan el reparto de producto en las grandes urbes. En los centros de consolidación de cargas converge mercancía de uno o múltiples proveedores para distribuir los envíos según la ruta del transportista, según el cliente final, etc.
Coordinación con los principales operadores logísticos: la última milla no solo depende de lo que ocurre en el almacén, sino también del operador logístico especializado en entregas urbanas.
Digitalización de la logística del almacén: en un contexto en que los almacenes urbanos son cada vez más pequeños y se requiere una mayor rapidez en las entregas, las empresas deben disminuir el inventario disponible, en busca de una mayor eficiencia en operativas como el dropshipping o el cross-docking. La implementación de un SGA como Easy WMS facilita estas operaciones, además de la adaptación de la compañía a la omnicanalidad.