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En Glovo los llaman darkstores. En castellano se podría traducir como ‘supermercados ocultos’. Es decir, almacenes de Glovo situados en puntos estratégicos de la ciudad y que facilitan las entregas en menos de 30 minutos. Es la apuesta de Glovo por las entregas ultrarrápidas, dentro de su unidad de negocio quick commerce o Q-commerce.
En un principio, el proyecto de entregas a domicilio tenía 20 millones de euros de presupuesto, pero las cosas han cambiado, y mucho. Como anunció la propia empresa, la plataforma suiza Stoneweg ha decidido invertir 100 millones de euros en Glovo. Concretamente, en propiedades para consolidar la infraestructura urbana que permite el desarrollo de este nuevo tipo de comercio.
Esta cantidad, explican, se destinará principalmente a España, Portugal, Italia y Rumanía, además de otros puntos de Europa del Este. La apuesta de Glovo por el Q-commerce “responde a la necesidad de adaptarse a los nuevos hábitos de consumo. En estos momentos, los usuarios ya no solo quieren recibir sus pedidos en casa en 2 o 3 días, como sucede con el ecommerce, sino que quieren recibirlos de forma casi instantánea”, sostienen.
“La tercera generación del comercio es ya una realidad. La decisión de Stoneweg consolida nuestra apuesta estratégica por el Q-commerce y nos permite avanzar en nuestra visión: conectar a la gente con las infinitas posibilidades que ofrecen las ciudades. Vamos a trabajar para que todo tipo de comercios, desde grandes cadenas a comercios de proximidad, puedan llegar a cada vez más clientes gracias a nuevas soluciones tecnológicas y una infraestructura altamente eficiente”, apunta Oscar Pierre, CEO y cofundador de Glovo.
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