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La transformación digital está remodelando todas las industrias del mundo. Según el Foro Económico Mundial, para 2022, más del 60% del PIB mundial se digitalizará y se estima que el 70% del nuevo valor creado durante la próxima década se basará en plataformas habilitadas digitalmente.
Al mismo tiempo, nuestro planeta enfrenta desafíos críticos como el cambio climático, los desastres naturales y otros riesgos ambientales. Estos riesgos, junto con las crecientes presiones sobre los recursos del mundo, están impulsando la sostenibilidad.
Los clientes y socios buscan soluciones de empresas que puedan demostrar operaciones sostenibles y ayudarles a «ecologizar» sus propias cadenas de suministro. Los inversores y los índices financieros están cambiando las inversiones hacia empresas con calificaciones ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) más altas, y esas organizaciones están superando a sus pares. Y cuando se trata de contratar y retener una fuerza laboral de alto desempeño, las empresas sostenibles llevan la ventaja porque la gente quiere trabajar para empresas que están creando valor social y ambiental positivo.
Estas tendencias han evolucionado rápidamente en la última década que no sorprende que el 86% de las empresas Fortune 500 publicaran informes de sostenibilidad en 2018, en comparación con un 20% menos que hace diez años.
A esta tendencia debemos sumar que a medida que las fuerzas gemelas de la transformación digital y la sostenibilidad continúen acelerándose, las empresas buscarán asociarse con los líderes de la industria que defienden la innovación en sostenibilidad y la responsabilidad corporativa.
¿Cómo las tecnologías digitales promueven la Sustentabilidad?
A medida que aumenta la presión por una mayor responsabilidad ambiental, las tecnologías digitales como la inteligencia artificial (IA), el aprendizaje automático (Machine Learning – ML), el Internet de las cosas (IoT) y el almacenamiento en la nube están ayudando a las organizaciones a alcanzar los objetivos de sostenibilidad de varias formas. Algunos ejemplos incluyen:
La IA con conciencia contextual interconecta ciudades inteligentes, mejora la respuesta a desastres, reduce la contaminación del aire, conserva los recursos naturales y las especies en vía de extinción, hace que la energía renovable sea más asequible y ayuda a que los edificios sean más ecológicos y eficientes.
Los modelos de análisis combinados con el aprendizaje automático están impulsando la agricultura con soluciones como el riego de precisión y la automatización de procesos con impacto ambiental, tales como la detección de fugas de metano o los pronósticos de energía renovable para la energía solar y eólica.
La robótica y los ecosistemas basados en Internet de las cosas están ayudando a los fabricantes a obtener valor mayor en los procesos de reciclaje al automatizar la clasificación de desechos electrónicos.
Una de las claves para aportar a un mundo más verde desde la tecnología está en la predicción; desde herramientas digitales y tecnológicas es posible ofrecer a las empresas la oportunidad de superar barreras como la dispersión geográfica de las cadenas de suministro a la complejidad de los materiales del producto.
Los sensores de IoT, el análisis de máquina a máquina (M2M) / datos en la nube y los ecosistemas digitales permitirán a las empresas automatizar el suministro de activos y productos en función de la demanda, garantizar la resistencia de la cadena de suministro y mantenerse a la vanguardia de las regulaciones ambientales que cambian rápidamente.
Como ejemplo, el año pasado, Europa anunció el Nuevo Pacto Verde Europeo que apunta a que la región sea climáticamente neutra para 2050 y tres países europeos (Suecia, Francia y el Reino Unido) ya han establecido el objetivo en sus políticas.
Es importante y urgente que el sector tecnológico se comprometa abiertamente a proteger, conectar y potenciar un mundo digital más sostenible.